El Periódico Aragón

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CARLOS VICENTE Extremo del Deportivo Alavés y canterano del Real Zaragoza

- S. VALERO ZARAGOZA

¿Cómo está viendo su rendimient­o tras el salto a Primera en enero? Seis partidos, uno de Copa, cuatro de titular, dos asistencia­s...

– – Estoy superfeliz la verdad, está saliendo todo perfecto, incluso con esa pequeña lesión que tuve, creo que al decidirme por el Alavés no he podido acertar más. El club, los compañeros, la ciudad… Me he acoplado muy bien y ahora estoy con todas las ganas de seguir haciendo cosas y progresand­o.

Tuvo hasta 14 ofertas para dar el salto estando en el Racing de Ferrol. ¿Por qué el Alavés?

– – Fue una cuestión de varias cosas, la más importante fueron las sensacione­s que me dieron, lo que me transmitía­n. Después, miras otros aspectos, la oferta económica, los años de contrato, el proyecto del equipo… pero esas sensacione­s que tuve al hablar con ellos me decidieron a dar el sí, lo que ellos querían de mí, lo que les podía yo dar... Y estoy 100 % seguro que la decisión ha sido la correcta y la acertada.

Mucha gente que le conoce se sorprende de su crecimient­o en los últimos años. ¿Para usted lo es?

– – Sinceramen­te, no lo es. Es verdad que si te paras a pensar te puede sorprender un poco, porque ha sido todo muy rápido, pero creo que cada jugador tiene su momento y el mío es en estos últimos años. Y siempre he tenido la confianza total en mis capacidade­s y sabía que iba a seguir dando pasos, por mi camino y que me iba a ganar el estar en este sitio al que he llegado.

– Siempre tuvo muy claro que quería llegar, ¿no?

– Es que siempre trato de que todo lo que esté bajo mi control tenerlo y explotarlo al máximo. La personalid­ad, las ganas y la confianza en mí mismo han sido las claves para todo esto que estoy viviendo. Desde que era pequeñito lo he tenido muy claro, que quería ser futbolista, he intentado ser superprofe­sional y sabía que si quería llegar tenía que sacrificar muchas cosas.

En el Zaragoza tanto usted como su hermano David están tres años, pero él debuta en el primer equipo. ¿Qué le faltó en su caso?

– – Pues ser el jugador que puedo ser ahora y tener la oportunida­d, ambas cosas. El futbolista que era no es el que soy, ni en mentalidad ni en evolución, lo he ido haciendo poco a poco, y en ese momento no se dio la posibilida­d. Por una parte fue por mí y por otra por el club, pero sin eso, por el no conseguirl­o, no sería lo que soy ahora y al Zaragoza por lo mucho que me dio en esos años le estoy agradecido.

– Pero, ¿usted se marcha porque piensa que no va a tener oportunida­d en el primer equipo?

– Fue una decisión conjunta con el club. Quería dar un paso más a nivel de categoría porque en el filial jugaba en Tercera y ellos no veían claro que diera el salto al primer equipo. Fue lo correcto.

– Su salida en 2020 también supone

la separación de su hermano. Algunos piensan que eso le vino bien a su fútbol, porque David es un lateral muy profundo y le obligaba a jugar más en zona interiores.

– Es cierto que estaba acostumbra­do a jugar de una manera, con mi hermano por detrás, y ver otro fútbol, estar con otros laterales, te hace ser más completo. ¿Si ha sido la clave? Eso no lo sé, porque también he mejorado mucho en otros aspectos, pero es cierto que eso nos vino bien a los dos para madurar en lo futbolísti­co y en lo personal. De todas formas, ojalá pueda volver a jugar con él otra vez cuanto antes.

– Cuando sale del Zaragoza en 2020 y se va a no jugar al Nástic, rescinde, el paso por el Ejea... ¿Ese año le hizo dudar?

–Por supuesto que sí, mucho. En ese momento, con 21 años, la primera vez fuera de casa… fue muy duro. Una situación que no había tenido nunca y me tocó vivirla de golpe y no supe afrontarla de la mejor manera, pero sin ese año no sería ahora ni el jugador ni la persona que soy. Me supuso madurar de golpe y en la etapa en el Ejea recuperé la ilusión y me hizo ver otra vez que tenía la capacidad y que, si quería de verdad, podía conseguirl­o. Ese bajón y esa subida me hicieron progresar mucho después en el año en el Calahorra.

«No me sorprende mi rendimient­o, cada uno tiene su momento y el de estos años es el mío»

– El año de su explosión, con 11 goles y 4 asistencia­s, y eso que pasó una etapa en el banquillo.

– Pero esa suplencia, sin la etapa del Nástic, la habría llevado de otra manera, sin embargo la afronté con el deseo de querer demostrar, de crecerme ante la adversidad. En el Calahorra crecí mucho. A Edu (Docampo) le tengo un gran cariño.

Ascenso y salto a Segunda, donde desde el primer momento se consolida en el fútbol profesiona­l.

– – Es el paso definitivo, primero con ese ascenso, a nivel de números y de equipo fue una campaña perfecta, culminada con ese hito de subir. Esa parte en Ferrol siempre va a ser la más importante, donde más crecí y donde pude mostrarme, para todo lo que he vivido ahora.

– ¿Dónde se pone el techo?

– Si me lo pregunta en el Nástic, en el Ejea o en el Calahorra ya le habría dicho que jugar en Primera era un sueño, una posibilida­d, pero lo veía superlejos. Ahora lo vivo con la ilusión de no ponerme techo, con la idea de que puedo llegar a cual

quier cosa, jugar en Europa, si puede ser con el Alavés, luchar por títulos... Todo lo que sea crecer es mi único objetivo y ambición.

¿Le dan cierta envidia Azón, Francho o Francés, que superan los 100 partidos con el Zaragoza?

– – En absoluto, al revés, son más jóvenes que yo y se lo merecen totalmente. También Marc Aguado, que seguimos hablando mucho. Además, al club le viene de maravilla tener esa cantera, demostrar que hay gente de la casa que puede hacer las cosas bien y ojalá las sigan haciendo para llevar lo antes posible al equipo a Primera. Me alegro mucho por ellos, tienen una oportunida­d muy bonita de hacer algo grande.

– ¿Era de pequeño zaragocist­a de ir al campo todos los domingos?

– Fui socio ya más adelante, antes de entrar en el Zaragoza ya iba a La Romareda con mi abono, pero de pequeño no, aunque ese cariño siempre está. Y se nota más cuando te vas fuera de casa, lo que echas de menos la ciudad, tu gente, el equipo. Trato de no perderme los partidos

«Irme fue una decisión conjunta, quería dar un paso y el Zaragoza no vio claro mi salto»

del Zaragoza y este año me tocó jugar contra ellos con el Racing.

– Ahí dio la asistencia del gol de Álvaro Giménez…

– Antepones lo profesiona­l y lo que quieres siempre al salir es ganar por los colores que defiendes. Después, lo analizas más en frío y jugar frente al equipo de tu tierra, contra el que fue tu club y ganar pues es una experienci­a que se hace rara.

¿Le gustaría volver al Zaragoza?

– ¿Por qué no? Tengo un recuerdo muy bueno, es el equipo de mi tierra, fue la última vez que jugué con mi hermano, estaba en casa… Me gusta pensar que esa puesta está abierta en un futuro, ya que estar en el equipo de tu ciudad no hay nada más bonito que eso, aunque ahora me siento muy feliz en el Alavés y no veo más allá. El tiempo dirá.

– ¿Esa espinita está?

– Está claro que sería bonito. No tuve la oportunida­d y me gustaría, no me puedo mojar mucho, pero diría que es posible que se dé en un futuro. Me centro en mi presente, estoy orgulloso del camino y no es algo que me obsesione.

 ?? EL CORREO ?? Carlos Vicente, en su presentaci­ón con el Deportivo Alavés, que lo fichó en el pasado mercado de invierno procedente del Racing de Ferrol.
EL CORREO Carlos Vicente, en su presentaci­ón con el Deportivo Alavés, que lo fichó en el pasado mercado de invierno procedente del Racing de Ferrol.

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