&M QPEFS EFM RVFSFS
Marco Menjón, técnico de Carlos Vicente en el Stadium Casablanca, y Eduardo Docampo, en el Calahorra, destacan la mentalidad y las ganas de progresar del jugador
La historia sirve para ilustrar lo que es Carlos Vicente y la vivió su primer entrenador en el Stadium Casablanca, Marco Menjón. «En un entrenamiento antes de Navidad Carlos se abrió la cabeza, le pusieron bastantes puntos de aproximación y al volver quería seguir entrenando y le dije que ni hablar y él se enfadó», explica el que fue su técnico, que destaca el convencimiento y la capacidad de progresar del jugador zaragozano, unas virtudes que también ve Eduardo Docampo, su míster en el Calahorra en Primera RFEF, en el año de su explosión. «No le pongo techo, o me gustaría no ponérselo. En lo que dependa de él, va a llegar seguro. Nadie pensaba que iba a tener ese protagonismo en Primera en el Alavés y lo tiene. A partir de ahí no hay ninguna razón para pensar en que no pueda dar el salto de jugar en un equipo en Europa o consolidarse en la élite al más alto nivel», asevera.
Tras los comienzos en el Vadorrey a Carlos y a su hermano David les llega el paso en benjamines del Helios, donde estarán hasta acabar infantiles. Menjón es el que los lleva al Stadium y los dirige dos años, en cadetes, mientras que en juveniles, en Liga Nacional, otros dos años, lo hacen Pepe Borque e Ivo Serrano. «Una de las preocupaciones de su padre era si le iba bien a uno y a otro no, pero a ambos desde el principio les fue muy bien, curraban un montón. Carlos jugaba más de delantero que en banda en el Helios, con nosotros empezó ese cambio», explica el actual míster del Ajax de Juslibol. «Era un jugador de recorrido, que ayudaba mucho al equipo y que tenía gol. Su jugada típica era recibiendo en la esquina del área, el control orientado y la finalización en el palo contrario. Anda que no lo he visto meter goles así… En los dos años conmigo fue máximo goleador y su hermano mejor jugador, así su padre ya estaba tranquilo», dice con una sonrisa.
Llegó la llamada del Zaragoza, con Javier Garcés para el División de Honor y después dos años en el Aragón con el mismo entrenador, con el que no dejaron de crecer ambos hermanos. Carlos, a su potencia y a su capacidad competitiva, le añadió una clara progresión en el fútbol colectivo, en las técnicas de finalización y de centro. «Lo veo ahora y veo al mismo jugador que hace siete u ocho años, aunque claro que me sorprenden los últimos pasos. Da equilibrio a nivel defensivo sin perder profundidad, por ese poderío físico que tiene para llegar de área a área. En la banda
te da ambas cosas y además tiene gol, pero no de una forma egoísta, sino para marcar y para asistir», explica Menjón.
David llegó a debutar en el Zaragoza, en Copa ante el Valencia, pero no Carlos. La irrupción de Francés y Borge en el torneo copero en Socuéllamos con Víctor le restó protagonismo a su hermano, por el primer equipo habían asomado antes Soro o Clemente, lo harían después Buyla y Baselga, probablemente David hubiera tenido hueco, no así Carlos, pero ambos hermanos decidieron abrir la puerta e irse. Nástic fue el paso del ahora alavesista, solo unos me
ses, amargos, para irse al Ejea en Segunda B y ahí recuperar la ilusión. «No le conocía y todo el merito de su fichaje es de Edu Arévalo, que era el director deportivo. Desde el primer momento él se tomó el Calahorra como un punto de inflexión, con esas ganas de demostrar que podía tener un sitio», explica Docampo, ahora asistente de Robert Moreno en el Sochi ruso.
Las virtudes
«Tuvimos muchas conversaciones y me lo quise llevar a la Cultural, pero el Racing de Ferrol tenía potencial y le convenció. Allí es donde ya rompió de forma absoluta», añade el entrenador vasco, que se queda ante todo con el convencimiento y la seguridad que tiene el futbolista zaragozano en sus posibilidades. «Lo que destaco y es muy importante son sus enormes ganas de hacer las cosas bien. Después, me gusta cómo se desmarca, los centros, las llegadas al área. Siempre genera peligro cuando participa, es un jugador que cuando entra en juego pasan cosas, eso es un tesoro para cualquier entrenador», asevera Docampo, una frase que apostilla también Menjón. «Estoy convencido de que va a ser importante en el Alavés y llegará a jugar en Europa» espeta, con una coletilla posterior: «Y su hermano también llegará a Primera, seguro».
=
Docampo: «No le pongo techo, no quiero ponerlo, en lo que dependa de él va a llegar seguro»