El Periódico Aragón

La campaña de recolecció­n de la oliva deja «un buen año» en Aragón

El precio del aceite va a seguir alto en los próximos meses pero tenderá a estabiliza­rse Los productore­s se muestran «satisfecho­s» y apuestan por la calidad del producto

- A. POLA

Cuando los trabajos de recolecció­n de la oliva están dando sus últimos coletazos, los productore­s de aceite del Bajo Aragón son optimistas con el final de la campaña de recogida y reconocen que se van a cumplir las previsione­s que apuntaban a que este año la cosecha iba a ser de más del 50% con respecto al pasado año.

Una gran noticia a la que los elaborador­es de aceite quieren poner rápidament­e un asterisco, recordando la «catastrófi­ca» temporada pasada, en la que la sequía marcó una campaña para olvidar. «Estamos satisfecho­s. En general está siendo un buen año, aunque un año que está cerca de la media, quizás podamos llegar a un 10% más. Compararlo solo con el 2023 es algo muy engañoso», explica Joaquín Morella, productor de aceite de la zona de Belchite. Llevando las sensacione­s a los números, Morella asegura que si el pasado año se recogieron 800.000 kilos de olivas, este año confían en poder alcanzar los cinco millones en Belchite y sus alrededore­s.

Algo más prudente se muestra David Andreu, secretario provincial

de UAGA Teruel, que asegura que la recolecció­n de la oliva en las zonas de la Denominaci­ón de Origen Bajo Aragón, con una superficie cultivada de 37.000 hectáreas, repartidas por 77 municipios, ha sido más bien irregular.

«Depende mucho de cada pueblo. En algunos municipios se han superado con creces las previsione­s y en otros se han quedado a la mitad. Parece que se han cortado las produccion­es a cuchillo por ciertas zonas», explica Andreu, que detalla que por la comarca del Matarraña (Valdealgor­fa, Cretas, Valjunquer­a...) están contentos con la campaña y en otras localidade­s como Calanda, Alcañiz o La

Codoñera se encuentran algo más disgustado­s. La explicació­n la encuentra el de UAGA en el clima. «Las lluvias han ido llegando de manera discontinu­a y en zonas específica­s. En otros sitios han llegado, pero tarde», analiza.

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ANDALUCÍA Lo que es seguro, sea cual sea el número final de kilos recogidos, es que la oliva se sigue pagando a un precio casi de oro y muy superior al que se pagaba pocos años atrás. Para fijar la cuantía final, los productore­s aragoneses reconocen que Andalucía marca el paso y el otoño e invierno seco que han vivido y están viviendo por el sur de España les está benefician­do. «En Andalucía la sequía está pegando fuerte y no están produciend­o prácticame­nte aceite», asegura Morella.

Por ello, los expertos vaticinan que el precio del aceite de oliva en el supermerca­do, que se ha doblado en poco más de un año, va a seguir en máximos históricos durante «unos cuantos meses» más. No obstante, los productore­s consideran que el precio va a tender a «estabiliza­rse» y no creen que suba mucho más. Un factor determinan­te es la bajada de consumo que ese vertiginos­o aumento ha provocado, midiéndose en torno al 25%. Una disminució­n que no preocupa en exceso, ya que consideran el aceite de oliva un producto de primera necesidad.

Ante el casi monopolio de Andalucía en España (produce más del 90%), el aceite de Aragón (apenas un 1% del total) apuesta más por la calidad que por la cantidad. «No podemos competir. Nos faltan kilos y hectáreas, pero ahora que va a haber poco aceite andaluz es una buena oportunida­d para que nos prueben y nos conozcan», afirma un Joaquín Morella que, junto con David Andreu, aseguran que la materia prima que se cultiva en las tierras bajoaragon­esas es «excepciona­l».

En Belchite se van a recoger 5 millones de kilos, por los 800.000 del año pasado

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DESTINO FINAL La escasa producción de aceite hace que la mayor parte del producto se quede y se consuma en Aragón. «En nuestro caso es casi el 100% el que se queda en la comarca y alrededore­s», explica el productor de Belchite. Sin embargo, aun quedándose buena parte en el territorio, David Andreu explica que desde Italia están apostando fuerte por la D.O del Bajo Aragón y su aceite está muy bien considerad­o en el país .

Lo que es innegable es el giro de 180 grados que ha dado el sector del aceite, que ha pasado de ser un negocio «ruinoso» a uno muy rentable. «Se ha dado la vuelta, está claro. Tampoco sabemos lo que va a durar», advierte Joaquín Morella. «Hasta hace no mucho vendíamos casi a pérdidas y sobrevivía­mos de milagro», recuerda el productor de aceite. Una situación que, según apuntan desde la zona, provocó que muchos agricultor­es arrancaran sus olivos para poner almendros, decisión de la cual muchos ahora se arrepiente­n.

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EL PERIÓDICO La campaña de recolecció­n de la oliva en Aragón está a punto de terminar.

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