La natalidad tardía añade más presión al modelo de pensiones
La precariedad laboral desincentiva a las mujeres a la hora de tener hijos
España es el país de la Unión Europea (UE) donde hay más mujeres que han sido madres por primera vez a los 40 años o más. Le siguen de cerca Grecia, Italia y Portugal, según el listado del Eurostat cerrado por Rumanía, Lituania y Eslovaquia.
En la última década, se produjo un descenso de nacimientos del 23,1% y en 2023 bajó un 2%, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). No es una tendencia nueva, pero sí la gestación de sus consecuencias: las nuevas generaciones, cada vez más mermadas, deberán sostener un sistema de pensiones muy presionado por la jubilación de los baby boom, de los trabajadores que actualmente tienen entre 45 y 65 años. Las causas vienen derivadas del empleo. La incertidumbre laboral, mezclada con una escasa flexibilidad, desincentiva a las mujeres, especialmente de aquellas con estudios universitarios que quieran tener hijos, ya que el resultado sería abandonar el puesto de trabajo.
Según explica Virginia Sánchez, autora del informe Natalidad e instituciones publicado por la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) hace un año, una de las razones que sustentan la baja natalidad en España es «la inestabilidad laboral que se deriva de la alta incidencia de los contratos temporales y el elevado desempleo al que se enfrentan los hogares españoles». El país se caracteriza por la elevada incidencia de la jornada partida y una alta presencialidad en el puesto de trabajo que no ayuda a la crianza conjunta de los hijos. Y la flexibilidad laboral, entendida en estos años como la posibilidad de teletrabajar, tampoco ha tenido éxito. Según el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad, solo el 12,6% de las mujeres teletrabajaron en 2022.
Pero hay más factores. Sánchez apunta a «la limitada generosidad de las ayudas que reciben las familias con hijos y del gasto destinado a la educación infantil» y también a las dificultades de acceso a la primera vivienda. En España solo un 16,3% de los jóvenes con edades comprendidas entre 18 y 29 años han sido capaces de emanciparse (unos 7 millones) frente al 31,9% de media de la Unión Europea, según el informe del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud correspondiente al primer semestre de 2023.
Los precios disparados de alquiler evitan que las nuevas generaciones tengan un hogar donde empezar a pensar en la creación de una familia y retrasa la edad de tener al primer hijo. A estos motivos se une «el desigual reparto entre padres y madres de los cuidados de los menores» que podría ocasionar, según el informe de Funcas, una baja natalidad «debido a un posible deseo de ser madres de las mujeres españolas».