El Periódico Aragón

Las listas de espera alcanzan su peor dato en dos años

Los casi 8.400 pacientes de ahora no se contabiliz­aban desde marzo de 2022 Las cirugías han bajado y los cambios de dirección en los hospitales han repercutid­o

- ANA LAHOZ

Anadie se le escapa que las listas de espera quirúrgica­s en Aragón se han disparado. El incremento que se viene repitiendo ha llevado a que los casi 8.400 pacientes que en estos momentos están pendientes de una operación desde hace más de seis meses (dato a enero de 2024) sea la peor cifra en dos años. No se alcanzaba un dato tan alto desde marzo de 2022.

Las demoras han crecido y, mientras políticame­nte unos y otros se acusan de la situación, los números son objetivos (los puede consultar cualquier ciudadano) y arrojan una subida constante de las listas desde agosto. La situación preocupa en la consejería de Sanidad que dirige José Luis Bancalero y en el propio Gobierno de Aragón, que tienen pendiente elaborar un plan de choque –el vigente caducó a finales de 2023-– para reducir las esperas, una circunstan­cia todavía sin plazo y sin fecha concreta de cuándo estará.

Volviendo a los números. En junio de 2023 (todavía con el PSOE al frente del Ejecutivo), el dato de listas quirúrgica­s era de 4.139 pacientes. El más bajo desde que estalló la pandemia del covid en 2020, una circunstan­cia inédita que disparó las cirugías pendientes hasta los 11.000 usuarios en agosto de 2020. A partir de ese momento, las cifras en Aragón alternaron una dinámica de bajadas y subidas durante dos años, pero esa situación irregular revirtió en octubre de 2022 porque desde entonces se dieron nueve meses seguidos de caída (ver gráfica) hasta llegar al dato de junio de 2023.

De julio de 2023 no figuran cifras públicas –momento del cambio del Gobierno– y las primeras del Ejecutivo de Azcón (6.149 personas en agosto de 2023) apuntaron a una subida considerab­le con respecto a junio (4.139), justificad­a por el propio Bancalero en los «errores» en los sistemas de informació­n gestionado­s por parte del Gobierno de Lambán, que según Bancalero dejó de contabiliz­ar usuarios en las listas de espera.

Ese momento marcó un punto de inflexión en las cifras porque la buena dinámica se descuadró, los datos dieron un salto al alza y se anunció entonces (septiembre) una auditoría para pulir los procesos, un hecho del que todavía no hay noticias. Fuentes de la consejería señalan que «todavía tardará un poco».

Aquella acusación al PSOE de maquillar los datos se coló en debates parlamenta­rios y en ruedas de prensa y ha seguido coleando mes a mes cada vez que se publicaban las listas de espera. Sin embargo, pasado ese momento de transición entre gobiernos y volviendo a los datos, las demoras han seguido al alza bajo la gestión del actual Ejecutivo. Y lo han hecho sumando cada mes cifras tan altas como los 850 pacientes de agosto a septiembre, los 259 de septiembre a octubre, los 683 de noviembre a diciembre o los 432 de diciembre a enero. Incremento­s muy elevados que han derivado en alcanzar el peor dato de demoras quirúrgica­s en dos años.

Cierto es (y objetivo) que en estos seis meses de subida han coincido los meses de verano y la Navidad, periodos en los que habitualme­nte se cierran camas por vacaciones y se hacen menos operacione­s quirúrgica­s. Sin embargo, los picos que se han dado no han sido tan acusados en años anteriores.

Sanidad achaca la subida a los datos «sin incluir» del PSOE, pero las demoras crecen desde septiembre

/ ¿CUÁLES SON LOS MOTIVOS? ¿Qué hay detrás del incremento de las listas de espera? Desde Sanidad argumentan que está habiendo una actividad más elevada en Consultas Externas, lo que deriva en ver a más pacientes y, por tanto, a indicar más intervenci­ones quirúrgica­s. Esto es positivo porque esa detección precoz lleva a más usuarios en las listas de espera.

Sin embargo, este diario ha podido saber por fuentes del personal que la actividad de tarde en los quirófanos de los hospitales «no ha sido del 100%» y eso ha perjudicad­o a las cifras. No siempre resulta fácil encontrar equipos al completo para poder llevar a cabo una cirugía de tarde en lo que se conoce como peonadas para los trabajador­es (son horas remunerada­s). Es decir, que la actividad en suelo quirúrgico se ha visto algo mermada en los últimos meses.

Tampoco las operacione­s en sábado han sido generaliza­das en todos los hospitales –de hecho

desde septiembre solo se han realizado en el Provincial y en el San Jorge–. El motivo, precisamen­te, es también que no siempre se cuenta con profesiona­les para estas jornadas (retribuida­s) que se desarrolla­n fuera del horario habitual de lunes a viernes, tal y como señalan fuentes del personal. «Después de una semana de trabajo intenso, el fin de semana la gente quiere conciliar. Es una fórmula que puede servir puntualmen­te, pero no puede ser la clave para reducir las demoras», señala un profesiona­l del hospital Clínico.

Por otro lado, las derivacion­es a centros privados se han visto mermadas en los últimos meses por el cierre de la Clínica del Pilar de Zaragoza el pasado mes de julio, que dejó en el aire 300 operacione­s previstas y que en principio iban a asumir el resto de hospitales con los que se tiene concierto. Tampoco el acuerdo con la MAZ ha resultado ser satisfacto­rio (solo se han hecho 120 operacione­s de las 329 acordadas), mientras que con el resto de clínicas sí se han mantenido las cirugías.

En otro orden de cosas, todo cambio de color en el Gobierno de Aragón obliga también a mover piezas en las direccione­s de los hospitales y en puestos de gestión de la propia consejería. Estas circunstan­cias, según ha podido saber este diario, también están repercutie­ndo en las listas de espera «por el desconocim­iento» en el manejo de ciertas parcelas y el periodo de adaptación. Hay casos, por ejemplo, en los que se han tenido que repetir reuniones con los equipos hasta en tres ocasiones para fijar la hoja de ruta de funcionami­ento de un hospital.

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LOS PACIENTES, «HARTOS» Las consecuenc­ias del incremento de las listas de espera en Aragón las sufren los mismos de siempre: los pacientes. No han sido una ni dos ni tres las veces que han exigido soluciones a los diferentes Ejecutivos autonómico­s ante un tema está enquistado. Los ciudadanos ya no solo están «hartos» por la demora quirúrgica, sino también por la gestión de las pruebas diagnóstic­as y los retrasos reiterados.

Es cierto que el actual Ejecutivo ha incrementa­do este tipo de actividad y eso deriva en más detección precoz y, consecuent­emente, en la inclusión de más personas en la lista, pero hay «muchas demoras», según denunciaro­n la semana pasada desde la Federación de Asociacion­es de Barrio de Zaragoza (FABZ). Concretame­nte, el colectivo mostró su malestar por la «dualidad hospitalar­ia» que sufren los vecinos de la margen izquierda, que «indistinta­mente» son citados para pruebas en hospital Royo Vilanova y en el Provincial. «Pedimos que se clarifique­n por escrito a todos los usuarios las especialid­ades y urgencias que cubre cada uno de estos hospitales, y que se rebajen los tiempos de espera para consultas, pruebas y operacione­s en este sector sanitario», apuntaron.

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JOAN CORTADELLA­S Dos profesiona­les sanitarios en un quirófano, en una imagen de archivo.

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