Uno de cada diez hogares sufre para llegar a fin de mes en Aragón
El 20% de las familias está en riesgo de pobreza o exclusión y la situación empeoró en el último año El 30% no puede hacer frente a gastos imprevistos como pagar un seguro o cambiar un electrodoméstico
El porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social ha crecido un punto en Aragón en 2023 hasta el 20,2%, mientras que la que tiene «carencia material social y severa» se sitúa en el 7,1%, cifras inferiores a la media nacional, que se sitúan en el 26,5% y el 9%, respectivamente, según datos de la Encuesta de Condiciones de Vida publicada ayer por el Instituto nacional de Estadística (INE)
Las sucesivas crisis económicas en España, el desplome del PIB y el aumento de los precios tanto de la vivienda como de la alimentación o la energía han ido haciendo mella en los hogares aragoneses y aunque las cifras son positivas respecto a la media nacional, la situación sigue siendo grave para muchas familias de la comunidad.
El informe analiza los tres componentes de la tasa Arope y en el caso de Aragón empeoraron los tres índices en 2023, el de riesgo de pobreza relativa, que subió un punto hasta el 15,1% y también el porcentaje de población con baja intensidad en el empleo, es decir, con poca actividad, que subió ocho décimas, hasta el 5,6%. También es negativo el número de personas y hogares con carencia material severa, que se ha incrementado en cuatro puntos, hasta el 4,3%. A nivel nacional, los dos primeros mejoraron, no así el tercero: el que analiza factores como permitirse irse de vacaciones, comer carne pollo o pescado cada dos días, mantener la vivienda a una temperatura adecuada o se ha visto obligada a retrasar pagos.
El estudio y la perspectiva de los datos anteriores dan a entender que se ha ido mejorando en algunos aspectos en la última década, pero sigue siendo muy preocupante sobre todo en el aspecto dedicado al empleo, lo que ha provocado que la tasa de ahorro en muchos hogares haya sido inexistente y que, en muchos casos, las familias hayan tenido que echar mano de esos recursos para pasar el día a día. La tasa Arope solo ha bajado medio punto desde 2014, aunque fue en 2019 cuando tocó techo y alcanzó el 21%.
En el caso del umbral de la pobreza ha descendido casi dos puntos en esta década, ya que en 2014 ascendía hasta el 16,9% (frente al 15,1 tomando los ingresos de 2022); mientras que ha caído casi a la mitad el índice de personas viviendo en hogares con baja intensidad en el trabajo, ya que hace una década era del 10,5% mientras que en 2023 fue de 5,6%.
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MEJORA ÍNFIMA Analizando los datos de carencia material severa, ha crecido en el último año cuatro décimas hasta alcanzar el 4,3% de la población, solo una décima más que hace una década, pero llama la atención que en 2019 era del 2,3% y dos años antes, solo el 0,5%, por lo que el incremento ha sido notable.
Las dificultades para llegar a fin de mes aumentan y casi el 10% (9,6) lo hace con problemas. Casi uno de cada tres hogares (un 30%) no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos, como puede ser un cambio de electrodoméstico, pagar un seguro del coche o una matrícula educativa, una cifra solo ocho décimas menos que en 2014. Este es uno de los datos en los que se analiza el número de viviendas que tiene carencias materiales, que dan a conocer cifras preocupantes, como que un 4,1% no puede permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días (más de un pun
to más que hace un año y casi tres más que hace una década). Además, casi un 14% no puede mantener la vivienda a una temperatura adecuada, lo que supone que casi uno de cada siete hogares pasa frío en invierno y no pone la calefacción porque no puede pagarla. Esta cifra es significativa, puesto que fue el año pasado cuando la energía llegó a una de las cifras más altas de la historia debido al inicio de la guerra de Ucrania. Hace una década no llegaba al 5%.
Pero no es el único indicador, ya que algo más del 10% ha tenido retrasos en el pago de la vivienda familiar o en compras a plazos. Algo tan común como tener coche u ordenador es imposible para un 4 y un 5% de los hogares aragoneses; y lo que quizá es más preocupante, es que el 22% no puede cambiar los muebles pese a estar estropeados o viejos. El INE pregunta también las posibilidades para irse de vacaciones al menos una semana al año y no puede hacerlo algo más de una de cada cuatro familias.