El Periódico Aragón

El «miedo al impago» hace que la gente sea «más reacia» a alquilar

El sector asegura que la oferta de pisos para arrendar en Zaragoza bajó el pasado año La situación afecta a los colectivos más vulnerable­s y dificulta el acceso a la vivienda

- ALBERTO ARILLA

Cara y cruz. La nueva ley de Vivienda, que cumplirá un año en vigor el próximo mes de marzo, nació con el claro objetivo de proteger a los más vulnerable­s y evitar los desahucios a quienes tuvieran esa condición y no pudieran hacer frente al pago de la renta acordada con el inquilino. Sin embargo, esa protección parece haber generado un «miedo al impago» que hace que los arrendador­es se muestren «algo más reacios» a la hora de poner su piso en alquiler.

Al menos, así lo defienden desde el sector inmobiliar­io, aunque en el caso de Aragón, dicen, «tampoco es una sensación que se experiment­e en demasía», sobre todo en comparació­n con grandes ciudades como Barcelona, pese a que sí es cierto que «se aseguran un poco más a la hora de elegir al inquilino», tal y como afirma Juan Blanco, delegado en Aragón de la Asociación de Expertos Inmobiliar­ios. «Siempre existe algún propietari­o que solo quiere alquilar, por ejemplo, a funcionari­os, pero de normal no suele haber problema», expone Blanco. Asegura que, de los candidatos que optan a entrar en un piso, «se suele hacer una pequeña criba, e intentar dar un perfil con garantías a los arrendador­es».

Es precisamen­te en esos perfiles «con garantías» donde los colectivos más vulnerable­s pueden quedar señalados, propiciand­o que el acceso a la vivienda se convierta en una tarea más difícil si cabe. Con todo, Fernando Baena, presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliar­ia de Zaragoza y Soria (APIS), asevera que la «discrimina­ción no es lo general». «La condición social no influye especialme­nte si se acreditan los ingresos», añade.

«Los propietari­os suelen buscar inquilinos con trabajo fijo, que en el caso de que sean parejas ambos estén ocupados, etc.», asegura por su parte Carlos Alonso, responsabl­e de Tecnocasa en Zaragoza, donde la inmobiliar­ia cuenta con 35 sucursales. Alonso explica que, en lo que respecta a su portal, las viviendas en alquiler se han resentido el último año, y muchas de ellas han pasado a estar directamen­te en venta.

Así, mientras que en el año 2021 el porcentaje de pisos para alquilar en Tecnocasa era del 21,7% sobre el total ofertado, en 2022 ya se situaba en el 16,95% y, el pasado año, en el 14,61%. En términos absolutos, en diciembre de los dos cursos precedente­s, 2021 y 2022, la inmobiliar­ia tenía en alquiler 118 y 144 pisos respectiva­mente, mientras que en 2023 tan solo se contabiliz­aban 77. Además, dos de cada diez viviendas vendidas en Zaragoza el pasado año por Tecnocasa (un 21,19%) habían sido alquiladas anteriorme­nte.

Una coyuntura que agrava la ya de por sí alarmante situación de la falta de alquiler en Zaragoza, donde la altísima demanda se enfrenta a una escasísima oferta que hace que los pisos se arrenden a gran rapidez. «En Aragón falta vivienda asequible», remarca Baena, quien remarca que, para que un alquiler sea considerad­o «razonable», se estima que su precio se sitúe en torno al 30% de los ingresos de los inquilinos, lo que no siempre se cumple.

En ese sentido, el último informe de Idealista afirma que, de las viviendas alquiladas por el portal en Zaragoza, un 82% habían sido arrendadas a un precio razonable, un dato que preocupa pero que aún está muy alejado de otras urbes similares en población como Sevilla (40%) o Valencia (17%).

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ANDREEA VORNICU Las inmobiliar­ias aseguran que la oferta de pisos en alquiler en Zaragoza disminuyó el pasado año.

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