El Periódico Aragón

A prisión la madre que asfixió a su bebé: «Se me ha ido de las manos»

Mató al pequeño ➲ el viernes por la tarde y ese mismo día lo abandonó en un parque Confesó el crimen ➲ a los agentes después de decirles que habían secuestrad­o al niño

- A. T. B.

El juez del Juzgado de Instrucció­n número 5 de Zaragoza, en funciones de guardia, decretó ayer el ingreso en prisión de Tatiana Diguele Nuñez (España, 1993) como presunta autora de un delito de asesinato por, supuestame­nte, asfixiar a su bebé de ocho meses –Juan Carlos– y abandonarl­o detrás de un banco próximo al CaixaForum. Según ha podido saber EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, la detenida acabó con la vida del pequeño el pasado viernes por la tarde y no fue hasta el domingo por la mañana cuando confesó el crimen ante la Policía no sin antes intentar eludir responsabi­lidades al explicar a los agentes que un grupo de marroquíes había secuestrad­o al niño. Al final les explicó con todo tipo de detalles lo sucedido –«se me ha ido de las manos», dijo– y les condujo al punto exacto donde yacía el bebé.

Ayer, Diguele Nuñez se acogió a su derecho a no declarar ante el ministerio fiscal y solo respondió a las preguntas de su abogado, el letrado Alejandro Soteras, ante quien trató de justificar que se trataba de un accidente y reiteró que no se paró a pensar en las consecuenc­ias de sus actos. También refirió que atraviesa una situación personal y emocional difícil, aunque esto no fue suficiente para evitar que el juez decretara su ingreso en el centro penitencia­rio

de Zuera, tal y como había solicitado el ministerio público. Desde la defensa, por su parte, solicitaro­n que fuera examinada por los médicos forenses porque ella misma indicó que es politoxicó­mana.

La progenitor­a fue conducida a los calabozos del Juzgado de Guardia a primera hora de la mañana de ayer tras permanecer custodiada desde el domingo en la comisaría Actur-Rey Fernando del Cuerpo Nacional de Policía.

Desde el Grupo de Homicidios y el Grupo de Desapareci­dos de la Jefatura Superior de Policía de Aragón apuraron el plazo máximo de 72 horas para poner a Diguele Nuñez a disposició­n de la Justicia y lo hicieron presentánd­ola en calidad de autora de un delito de asesinato.

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RELATO DE HECHOS Los investigad­ores ya contaban con los resultados de la autopsia practicada en el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Aragón (Imlcfa), que reflejaba una etiología homicida como causa de la muerte del bebé. Los forenses, tras examinar el cadáver, concluyero­n que presentaba signos compatible­s con la asfixia y no apreciaron ninguna lesión que pudiera haberse ocasionado como consecuenc­ia de la práctica de maniobras de reanimació­n cardiopulm­onar. Todo ello, junto a las manifestac­iones de la detenida, fue suficiente para que los agentes concluyera­n que la madre era autora de un delito de asesinato.

Los investigad­ores ponían fin, así, a casi una semana de trabajo y de averiguaci­ones desde que la pareja y padre del fallecido denunciara el pasado viernes la desaparici­ón de ambos. El progenitor abandonó por la mañana la vivienda donde residía la familia en el zaragozano barrio de Delicias y, al regresar de trabajar por

la tarde, ni Diguele Nuñez ni el pequeño Juan Carlos se encontraba­n en casa. Lo que no imaginaba es que su mujer había acabado con la vida del niño al asfixiarle porque este último no paraba de llorar. Tal y como refirió posteriorm­ente a los agentes, la detenida salió a la calle con el pequeño ya muerto y deambuló por las calles de la capital aragonesa hasta que llegó a un parque próximo al CaixaForum y abandonó el cuerpo en un banco.

Pero nada se supo del paradero de ninguno de los dos ni el viernes ni el sábado. El domingo a primera hora de la mañana, en torno a las 07.30 horas, la propia desapareci­da llamó a la Policía para alertar de que había logrado salir indemne de un secuestro protagoniz­ado por un grupo de marroquíes que se habían quedado con su hijo. Para entonces, los investigad­ores ya habían activado el protocolo de actuación –la llamada alerta Ámber– ante desaparici­ones de alto riesgo y habían solicitado las intervenci­ones telefónica­s del terminal de la acusada.

Cuando se entrevista­ron con la sospechosa en la Jefatura Superior de Policía de Aragón, rápidament­e se percataron de que concurría en multitud de contradicc­iones hasta que rompió a llorar y confesó que había matado a su hijo. Luego condujo a los agentes hasta el punto exacto donde había abandonado el cadáver, en las proximidad­es del CaixaForum, y allí yacía el cuerpo escondido en un banco. No presentaba signos vitales y, tras la autorizaci­ón del juez del Juzgado de Instrucció­n número 2, se procedió al levantamie­nto del cadáver.

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JAIME GALINDO Este fue el punto exacto donde la progenitor­a abandonó el cadáver de su hijo, en un banco próximo al CaixaForum de la capital aragonesa.
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EL PERIÓDICO Momento del traslado de la detenida desde la comisaría del Actur, ayer.

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