Martínez Lázaro: «Yo no hago comedias, hago películas»
El cineasta presenta ‘Un hipster en la España vacía’, basada en la novela de Daniel Gascón ▶
E«El ambiente de rodaje en Fuentespalda era como estar en casa», asegura el director
milio Martínez Lázaro confesó ayer en el Festival de Málaga, donde se proyectó su nueva película Un hipster en la España vacía (basada en la novela del zaragozano Daniel Gascón, colaborador de este diario), que nunca pensó que el público iba a «desternillarse» con sus creaciones, porque él no es consciente de que escribe comedias, sino que es «su naturaleza». «Yo no hago comedias, sencillamente yo hago películas, me salen comedias porque es mi manera de contar, la crítica es mi naturaleza, yo casi nunca hablo en serio», afirmó.
Creador de la comedia española más taquillera en años, Ocho apellidos vascos, de cuyo estreno se cumplen ahora diez años, Martínez Lázaro vuelve 22 años más tarde al certamen andaluz para competir en su sección oficial con Un hipster en la España vacía, rodada en el Matarraña turolense. Una producción que se estrenará en Prime Video el 27 de marzo.
En la presentación en Málaga, Martínez Lázaro estuvo acompañado por los actores Lalo Tenorio, Berta Vázquez y Macarena García; María José Rodríguez, de Prime Vídeo; y el productor Gonzalo SalazarSimpson.
Un hipster en la España vacía es una comedia ácida, satírica, exagerada y muy pegada a la actualidad en la que el mago de la taquilla se inventa un pueblo en Teruel para criticar la palabrería inclusiva, pero hueca, de algunos nuevos políticos que empiezan la casa por la ventana.
/ Desde el título, explica el veterano cineasta, que cumplirá 80 años en noviembre, «porque el hipster no es un hipster sino un político de izquierdas, ni el pueblo está vacío», las película maneja expresiones «que son exageraciones, porque lo que hace Quique (Lalo Tenorio) es decir tonterías: Tú no puedes ir a Teruel a enseñar a plantar tomates».
«Es una crítica de los excesos pero yo jamás he hecho una película para criticar a nadie, las hago para mostrar unos personajes que estén lo más vivos posible en la pantalla, que la gente se los crea, y que luego cada uno saque sus conclusiones», defendió.
UN TRABAJO DE EXAGERACIONES
A Quique le encargan liderar la política de la España vacía en un pueblo de Teruel pero no sabe ni por dónde empezar. Se enfrenta a un pueblo dispuesto a tomarle el pelo ante sus propuestas modernas y pronto descubre que enviarle allí es un plan de su novia y del líder de su partido para estar juntos. Solo contará con su buena voluntad y con Lourdes, la camarera del bar, que quiere evitar que siga haciendo el ridículo y entienda que la clave de su éxito está en aprender a escuchar a sus vecinos.
El director incidió en que la película retrata «el mundo real rural».
Es más, dijo que la impresión que tiene de la cinta, «y es de lo que más contento estoy», es que «ese pueblo existe de verdad porque existen de verdad sus personajes». «Se ha hecho un mundo rural, se ha hecho un pueblo por la suma de las partes de todos los personajes del pueblo que aparecen, que todos tienen entidad», afirmó, al tiempo que ironizó con que «la película termina bien, primero porque me da la gana a mí y al guionista, porque nos gusta más que terminen bien las películas, pero también podía terminar fatal». Así, finalmente, «lo que ha salido y lo tengo que decir así, es una vez más una comedia romántica», pero «tampoco lo he buscado».
Por otro lado, el director explicó que la película se ha rodado en Fuentespalda (Teruel), que «no es el más típico de la España vacía, aparentemente», pero «misteriosamente los habitantes se han ido». Sobre la localización, el productor
añadió que «era un equilibrio perfecto entre que no fuera un pueblo demasiado bonito para que no estuviera lleno de turistas permanentemente, porque rodar es complicado y que tampoco fuera un pueblo que, estéticamente, en la pantalla quedara mal».
También agregó que ha sido «maravilloso» rodar en la España vacía, «es verdad que es un poco incómodo el desplazamiento, que no está bien comunicada», pero el pueblo «se volcó». «Se acabó convirtiendo en una especie de plató natural» y el «ambiente de rodaje era como estar en casa». Al respecto, Emilio Martínez-Lázaro afirmó que en el pueblo «se comportaban muy educadamente y como a distancia».
Cuestionados los actores sobre si se han basado en alguien a la hora de interpretar los papales, Lalo Tenorio desveló que «hay bastantes personajes en la vida pública de los que quizás puede sacar algún paralelismo». Por poner uno, citó a Íñigo
Errejón, pero «porque tengo pinta de niño yo también, básicamente», pero «hay bastante gente en la que te puedes fijar para esas cosas, sobre todo en algunos textos concretos que son palabras que has escuchado». No obstante, sostuvo que «realmente es un personaje diferente a los políticos que hay conocidos». Por su parte, tanto Berta Vázquez como Macarena García señalaron que no se han basado en nadie.
Por último, el director valoró el volver a Málaga tras el éxito de El otro lado de la cama, aunque recordó que ha vuelto al certamen por otras razones. Eso sí, incidió en que el paso de aquella película fue «muy importante para nosotros, para todo el equipo, para mí, y creo, modestamente, no sé si me equivoco, pero también para el festival», ya que lo hizo más visible. «Volver aquí me encanta», afirmó, al tiempo que aseguró que es «un terreno amigo y así lo siento».