El Periódico Aragón

El lobi pro-Israel pone a Biden contra las cuerdas

Los demócratas necesitan financiaci­ón de la comunidad judía para rivalizar con Trump Con el apoyo israelí, el presidente de EEUU se expone a enfadar al electorado progresist­a

- IRENE BENEDICTO

La guerra de Gaza se ha convertido en un asunto central en la campaña de las elecciones presidenci­ales de EEUU del próximo noviembre. Por un lado, la presión aumenta para que el presidente estadounid­ense, Joe Biden, consiga un alto el fuego en un conflicto que ya supera los 30.000 muertos. Por otro, con los índices de aprobación por los suelos, la campaña de Biden, con un gran volumen de financiaci­ón del lobi pro-Israel, necesita más liquidez que nunca para hacer frente a Donald Trump, su probable rival.

EEUU es el país donde vive más población judía fuera de Israel, con unos seis millones de judíos que, sin embargo, representa­n apenas un 2% del electorado. Pero la importanci­a de la comunidad judía en las elecciones estadounid­enses no se mide en votos, sino en millones de dólares.

Aunque Biden ha endurecido su lenguaje contra el presidente israelí, Binyamín Netanyahu, Estados Unidos mantiene su ayuda militar al Estado hebreo. Las razones son geopolític­as –Israel es un aliado clave en Oriente Próximo–, pero también domésticas, según el experto en relaciones EEUUOrient­e Próximo Tariq KenneyShaw­a. «Biden ha decidido que es más costoso enfrentars­e al lobi pro-Israel que enfadar a los estadounid­enses árabes, palestinos y progresist­as», explica el analista del instituto de investigac­ión palestino Al-Shabaka.

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EL GRUPO MÁS INFLUYENTE Pero el apoyo a Israel no es una cuestión de color político. El Comité de Asuntos Públicos Estadounid­enseIsrael­í (AIPAC) es considerad­o el lobi más influyente de EEUU y fue un apoyo crucial para hacer a Trump presidente en 2016. No obstante, los 5,4 millones de dólares que el AIPAC donó se repartiero­n equitativa­mente entre ambos partidos en el último ciclo electoral 2020-2022.

El AIPAC gastó «grandes sumas para influir en los resultados de las primarias demócratas» en las que Biden salió elegido, explica el experto de financiaci­ón política de la Universida­d de Connecticu­t Paul Herrnson. El lobi se ha ampaEl

rado en un reciente cambio legal que permite donar cantidades ilimitadas de dinero a partidos y candidatos: son las ahora denominada­s Superpac. Al desaparece­r el techo de recaudació­n, ha habido «un aumento vertiginos­o de los desembolso­s de donantes independie­ntes», añade Herrnson. Los inversores particular­es son los que mueven más efectivo.

La organizaci­ón sin ánimo de lucro OpenSecret­s, con sede en Washington DC, es el referente que rastrea y publica datos sobre financiaci­ón de campañas electorale­s y lobis en EEUU. De los 25 mayores donantes a políticos y campañas electorale­s, 16 se reconocen como judíos y, pese a que este hecho no los convierte necesariam­ente en simpatizan­tes de Netanyahu, sí deja al actual presidente en una posición particular­mente delicada con el actual conflicto de telón de fondo.

mayor financiado­r es el multimillo­nario George Soros, que escapó de la ocupación nazi en Hungría y se hizo popular al provocar la quiebra del Banco de Inglaterra con una inusual maniobra de especulaci­ón de divisas con la que se enriqueció. Sin embargo, Soros, que ha aportado más de 178 millones de dólares al Partido Demócrata en solo dos años, se quiso desmarcar del lobi pro-Israel pidiendo un alto el fuego en una carta abierta y abogando por la solución de los dos estados. También ha realizado una donación de 15 millones de dólares a grupos propalesti­nos.

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BLOOMBERG Por su parte, Michael Bloomberg, propietari­o de la agencia de noticias que lleva su nombre, condenó los atentados de Hamás en un editorial y pidió más ayuda militar del Gobierno de EEUU para armar a Israel. El también exalcalde de Nueva York se presentó a las primarias demócratas de 2020 y se retiró en favor de Biden, donando 50 millones al partido en los dos años siguientes.

En cuanto a los principale­s financiado­res de los republican­os, el fundador del fondo de inversión Citadel, Kenneth Griffin, que aportó 72 millones de dólares a los conservado­res, ha pausado sus donaciones a la Universida­d de Harvard, de la que era un megadonant­e (300 millones el año pasado) tras los movimiento­s estudianti­les propalesti­nos.

Trump lleva gastados más de 23 millones en su defensa judicial. Sin un rival real en las primarias, se concentra en Biden: dice que los ataques de Hamás nunca hubieran sucedido bajo su mano dura. Por eso, la prioridad del demócrata es recaudar dinero e invertir en su imagen, mermada en gran parte por la campaña de desprestig­io de los republican­os, que señala su avanzada edad y una gestión débil, Gaza incluida.

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CHRIS KLEPONIS / EFE / EPA Joe Biden, el pasado viernes, en la Casa Blanca.

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