El Periódico Aragón

Ryanair abre la puerta a la base en Zaragoza pero busca más pasajeros

La compañía ‘low cost’ busca cinco ciudades para sumar 17 aeropuerto­s donde duerman sus aviones La aerolínea irlandesa pasará de 240.000 a 300.000 asientos en la campaña de verano desde la ciudad

- MARCOS CALVO LAMANA

Ryanair, la mayor operadora aérea en tráfico comercial del aeropuerto de Zaragoza, abre la puerta a establecer una base permanente en la capital aragonesa en la que dormirían sus aviones. Desde la compañía irlandesa confirman que es una opción en estudio dentro de su plan para pasar de los 12 aeródromos dormitorio que tiene hoy en España a los 17 que proyectan alcanzar para 2030, si bien matizan que en principio buscan terminales «con mayor flujo» de pasajeros que la ciudad del Ebro. Esa es la apreciació­n clave, pues si la capital aragonesa quiere hacerse con la base deberá mejorar con creces esos 685.000 pasajeros que registró en 2023, la segunda mejor marca de su historia que solo le bastó para quedar relegada al puesto 28 de la clasificac­ión nacional.

La aerolínea de bajo coste es, junto a Volotea, una de las pretendida­s por el nuevo Gobierno de Aragón para establecer en Zaragoza una base permanente. Esto supondría tener aviones que dormirían en la pista de Garrapinil­los, es decir, con la sede del primer y el último vuelo del día en la ciudad, por lo que la oferta de servicios aéreos se incrementa­ría y con ellas el empleo, a razón de unos 30 trabajador­es por aeronave basada.

«Los contactos existen, nos sentamos constantem­ente con las institucio­nes para conversar sobre nuestros planes en el aeropuerto y es lo que hicimos en Fitur para la temporada de verano. Respecto a la base, no hay nada cerrado ahora mismo pero es algo que se habló para el largo plazo. Dentro de los planes presentado­s a cinco años, vemos posibilida­d de ampliar con cinco nuevas bases las 12 que tenemos en España. Ahora mismo no tenemos ningún nombre aterrizado, si bien es cierto que creo que van a ser ciudades con mayor flujo que Zaragoza», afirma a este diario Elena Cabrera, la portavoz de Ryanair en España y Portugal. Supone un cambio de discurso en la compañía, pues hace apenas un año aseguraban en una entrevista con este rotativo que la puerta de la base estaba cerrada.

Así las cosas, el flujo de pasajeros, según la versión de la compañía irlandesa, es el principal obstáculo para el anhelo aragonés. El aeropuerto de Zaragoza transportó en 2023 un total de 685.690 pasajeros, lo que supone la segunda mejor

marca de la pista de Garrapinil­los solo por detrás de la histórica cifra de 2011. Y pese a ello, la terminal queda relegada al puesto 28 de la clasificac­ión de Aena, lastrado por su considerac­ión como ciudad de paso y su cercanía con Madrid y Barcelona.

¿Qué flujo de pasajeros marca la decisión para abrir una base? «No sabría decir una cifra, no tenemos nada cerrado. Es un plan a futuro para pasar de los 106 aviones basados en España a 130. ¿Cuáles tendrían sentido? Alguna en las islas, alguna en el norte, pero es algo que está todavía en el aire y no hay nada cerrado», apunta Cabrera.

Sea como fuere, más de la mitad de los viajeros que transportó el aeropuerto de Zaragoza en 2023 volaron de la mano de Ryanair (370.785), a una notable distancia de las aerolíneas que completan el podio (Vueling, con 111.091, y WizzAir, que sumó 102.189). La compañía irlandesa presentará hoy su planificac­ión para el verano de 2024 en Zaragoza, que contará con 10 líneas regulares al incorporar la conexión con Fez (Marruecos) desde abril. «Crecemos con una ruta, pero incrementa­mos el número de asientos un 22%» en Zaragoza para pasar de 240.000 a 300.000 billetes en la temporada estival con más frecuencia­s a Londres-Stansted y a Palma de Mallorca (ahora, la primera tiene ocho conexiones semanales y el aeropuerto insular, diez). A estos tres destinos se suman las conexiones ya implantada­s con París-Beauvais, Bruselas-Chaleroi, Milán, Bolonia, Venecia, Marrakech y Santiago de Compostela.

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¿ROMA Y BERLÍN? Ahí es donde aparecen de nuevo esas conversaci­ones iniciadas entre los responsabl­es de Transporte y Turismo del Gobierno de Aragón y los técnicos de Ryanair y Volotea. El objetivo está puesto en habilitar conexiones de forma preferente con capitales europeas como Roma y Berlín, además de otras ciudades como Ámsterdam o Fráncfort. «Los aeropuerto­s de Alemania son especialme­nte caros, por lo que tenemos que tener una mayor fiabilidad para que sean viables. Nuestros estudios plantean que necesitamo­s dos años para que una ruta

nueva consolide un flujo estable», apunta la portavoz de Ryanair.

Ahí es donde entran en juego los conocidos como contratos de publicidad: concursos públicos hechos ex profeso para que las aerolíneas apuesten por abrir líneas regulares en los aeropuerto­s. Esa puede ser una de las claves para atraer la base permanente, pues cuando se negoció traer la de Ryanair a Zaragoza en 2010 trascendió que la cuantía suponía seis millones de euros anuales. Fue Gerona la que se la adjudicó finalmente porque apostó más fuerte (7,5 millones hasta 2016) y por las carencias del sistema antiniebla de la terminal de Garrapinil­los. Desde Ryanair inciden en que la base permanente y las rutas regulares «son temas paralelos» pero nunca condición sine qua non, como ocurre en Asturias, que pagará en el ciclo 2023-2026 por nuevos destinos.

El plan de expansión de Ryanair, con el que planean invertir 5.000 millones de euros hasta 2030, debe leerse en el marco de un contexto internacio­nal de cambio abrupto para el sector de la aviación. La compañía irlandesa se erigió como la reina de las con aquellos vuelos que costaban menos de diez euros. «Cada vez va a ser más difícil ver esos precios, pero seguimos manteniend­o los más bajos del sector. Hay muchísima más presión intraeurop­ea, además de la inflación, el precio del petróleo y la reducción de la capacidad aérea», apunta Elena Cabrera.

A ello se suma el retraso en la cadena de fabricació­n de aeronaves por una rotura de la cadena de suministro global. Boeing, Airbus o Embraer están teniendo problemas para entregar los aeroplanos, lo que lastra los planes de las compañías a corto plazo. En el caso de Ryanair, esperaban recibir 57 nuevos aviones antes de junio y el pedido se quedará en 40.

Además, el sector tiende a la concentrac­ión. «Tiene todo el sentido, porque en Europa había muchísimas compañías con respecto a la población. Van a quedar cuatro o cinco grandes grupos: Lufthansa, KML, Air France, Ryanair y poco más», explica la portavoz de la compañía irlandesa.

«Será difícil volver a ver los precios de hace algunos años, pero mantenemos los más bajos»

 ?? EL PERIÓDICO ?? Uno de los primeros vuelos de Ryanair en el aeropuerto de Zaragoza, en el año 2005.
EL PERIÓDICO Uno de los primeros vuelos de Ryanair en el aeropuerto de Zaragoza, en el año 2005.

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