Incidentes a la puerta de la Aljafería
Vivimos un proceso de movilizaciones histórico en nuestro país, que hasta ha rebasado en duración y contundencia a los de otros países europeos. Cientos de tractores han desfilado por nuestras carreteras y ciudades, obligados a pasar alguna noche en sus calles, reivindicando el olvido que sufre el sector ganadero y agricultor. Un conflicto que lleva más de un mes y sigue sin visos de una respuesta tras un mes de protestas en su lucha reivindicativa para lograr «precios justos» para sus producciones, un mayor control de las importaciones de fuera de la UE y una reducción de la burocracia. Durante este tiempo de conflicto y multitudinarias concentraciones de trabajadores del campo, a pesar de los trastornos ocasionados en cortes de carreteras y generar numerosos atascos en muchas de las ciudades, la imagen de la sociedad para con ellos en general, ha sido de plena armonía, también en algunos casos de enfrentamientos, aunque nunca deseados, con las fuerzas de seguridad, todas ellas sin graves consecuencias. Fuese por falta de coordinación o otros motivos, sí las pudo haber a las puertas de la Aljaferia. Enfrentamientos llegando a las manos entre policías y manifestantes, que, en el caso de estos últimos, algunos intentaron entrar a la sede de nuestro parlamento a la fuerza, llegando a perder el motivo de sus reivindicaciones, además de deslegitimar sus propuestas, en la seriedad que se les da a las demandas de la gran mayoría de los trabajadores del campo.
Quizás la presencia del consejero Ángel Samper o algún representante de la Mesa previendo lo que podía pasar, hubiesen evitado llegar a las manos entre policías y manifestantes.