En el laboratorio Ocho proyectos de investigación
La trufa negra tiene mucha más vida que la que se ve en los campos de cultivo o en los platos de los restaurantes. En paralelo a la plantación y consumo de este hongo se ha creado una potente vertiente investigadora, en la que Aragón tiene un peso reseñable. En la actualidad, los científicos de la comunidad autónoma están implicados en ocho proyectos diferentes, en los que se abordan las propiedades de la trufa negra, la forma de acabar con sus plagas o el potencial económico y social del hongo, entre otras muchas vertientes.
Las dos iniciativas que se quedan exclusivamente en la comunidad reciben el nombre de Organización, valorización y promoción de la trufa negra de Aragón y Nuevas estrategias de control del escarabajo de la trufa en Teruel. El primero apuesta por la mejora de la organización del sector de la trufa, apoyando a los productores para poner en valor la trufa aragonesa y para lograr una correcta promoción internacional en un área en la que Aragón es una referencia mundial.
En el caso del proyecto relacionado con el escarabajo en la provincia de Teruel, la intención principal de los investigadores es el estudio de aquellos productos y sustancias biocidas que sean más efectivos para el control de las plagas. También se estudiará cómo actúan las diferentes estrategias y su efecto a corto plazo en el sector. Este segundo estudio está financiado por el Fite.
Aragón tiene presencia, además, en otros cuatro proyectos nacionales y dos europeos. Los tres primeros proyectos que se desarrollan en ámbito nacional ponen el ojo en las condiciones climáticas y en el ecosistema en el que se puede desarrollar el nacimiento de la trufa negra. Los investigadores españoles están fijándose en el impacto hídrico en el cultivo, en la calidad con la que nace el producto y la resistencia de los árboles truferos a la sequía. El último de ellos se centra en la creación de un envase comestible para productos con trufa negra. El primero de los proyectos europeos se centra en el pretratamiento y el procesamiento de las trufas, tanto silvestres como cultivadas. El segundo, que se circunscribe a los Pirineos, investiga sobre los efectos del cambio climático y la conservación de un territorio tan rico en flora y fauna. La subida de las temperaturas afecta al cultivo de la trufa.