Mascarillas
Mariano Aguas Zaragoza
En este país continuamente estamos de sobresalto en sobresalto. Como decía S. Juan de la Cruz: «Vivo sin vivir en mí...». Lo curioso es que resulta difícil acostumbrarse aun siendo acciones repetitivas, bien sea de uno u otro partido ya que los hechos vienen a ser los mismos o idénticos.
Esta vez le ha tocado el turno al Sr. Ábalos y por ende a su partido, colocándose en el ojo del huracán. Se le acusa por estar presuntamente vinculado a un caso de corrupción, lucrarse con la venta de las mascarillas. Confiesa que no es ni presunto ya que no está imputado. Es cierto y ha dicho que está decidido a salvar su honorabilidad (me suena este sustantivo) y no sé si motu proprio o por imperativo y no crear cismas en el partido se ha pasado al grupo mixto, defenestrado, poco más o menos y condenado al ostracismo político, al gallinero del Congreso, con todo lo que esto conlleva.
Su discurso fue convincente, sesudo, filosófico más que retórico. Su partido ha sido pragmático y ha tomado la decisión de buscar la prevalencia de la imagen, salvar la marca política en la que el grupo debe prevalecer por encima del individuo, el todo por encima de la parte y usted está siendo ya fagocitado al adoptar esta medida ejemplarizante, llevando a cabo una medida de pureza sistémica y salvando la imagen del partido.
Como es normal el PP le utiliza a usted como ariete, ha visto sangre y no busca su cabeza sino la ansiada, la deseada del presidente, el sr. Sánchez. Cómo no, utiliza, hace uso en sus ataques, en su oratoria de esos discursos hiperbólicos, catastróficos, apocalípticos, pretendiendo sembrar animadversión y repulsa no solo en el Congreso sino en todos los españoles. Yo les diría que «no tiren excesivamente de la manta» que las cañas se pueden volver lanzas ya que tienen algunos de los suyos, o bien en la cárcel o parapetados bajo las siglas de su Partido por causas semejantes. Una vez más ven la paja en el ojo ajeno y no ven la viga en el suyo. El sr. Ábalos puede ser la chispa que prenda la hoguera y pueden acabar todos chamuscados. De esta guisa saldrá algún condenado, pero todo seguirá igual, la historia se desarrollará en espiral. A esperar un nuevo caso de corrupción o similar que seguro ya se estará cociendo.