La población de quebrantahuesos ya roza las 400 aves en el territorio
Aragón y Andalucía ➲ intercambiarán polluelos para fortalecer la especie
El quebrantahuesos es una especie en peligro de extinción, pero en Aragón se ha puesto empeño en conseguir salvar a estas aves, que han pasado de las 38 parejas reproductoras que había en 1994 a las más de 90 de la actualidad. Eso ha permitido que el número de quebrantahuesos en la comunidad autónoma ronde las 400 aves. «Un cambio extraordinario en la protección de la especie».
Así lo explicó ayer el presidente de Aragón, Jorge Azcón, durante su visita al Centro de Recuperación y Cría del Quebrantahuesos en Aislamiento Humano (CRIAH), situado en La Alfranca.
Azcón realzó «el extraordinario trabajo de Aragón», que ha tenido un impacto en toda España. «En España hay 217 parejas reproductoras. Que más de 90 estén en Aragón dice mucho del papel de la comunidad en la conservación de la biodiversidad y, más concretamente, de esta especie. Sin el trabajo de Aragón no habría quebrantahuesos en otros puntos de España», apuntó.
En el marco de este programa de recuperación del quebrantahuesos, Aragón ha cedido crías para la repoblación de otras comunidades autónomas, como Asturias, Cantabria y Castilla y León. Gracias a la solidaridad de Aragón, por ejemplo, la Sierra de Gredos, el Parque Nacional de
los Picos de Europa y el Maestrazgo cuentan con ejemplares de quebrantahuesos cuando hacía años que no las tenían.
«Es importantísimo que las distintas comunidades autónomas colaboremos en proyectos de biodiversidad de éxito como este», declaró el presidente. De hecho, ahora se abre una nueva vía de colaboración con Andalucía. Tal y como anunciaron ayer desde la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, se intercambiarán polluelos entre Aragón y Andalucía para «potenciar el linaje genético de las subpo
blaciones y enriquecer lo que se está produciendo de forma natural: que animales pirenaicos se estén reproduciendo en Picos de Europa, o animales andaluces vayan a criar en Gredos». «Todo eso fortalece la población española de quebrantahuesos», explicó Óscar Díez, presidente de la fundación.
En la década de los 80 solo quedaban una treintena de parejas en Aragón y hoy se han multiplicado y sobrevuelan zonas donde había desaparecido como los Picos de Europa o Andalucía en España o los Alpes en el continente y, en la comunidad aragonesa, se han expandido a otras zonas como el Moncayo. El primer paso para acabar con la crítica situación de esta ave carroñera, provocada entre otras causas por la ingesta de veneno, fue la alimentación suplementaria, especialmente en invierno, cuando más energía gastan y más difícil se torna encontrar los huesos de los cadáveres de los que se alimentan. Además, el rescate de huevos para que crezcan en cautividad y en aislamiento humano, con «un método muy parecido a como se crían en la naturaleza», fue fundamental en su recuperación.