Israel asfixia a la UNRWA sin mostrar pruebas en su contra
Las autoridades israelís bloquean en los puertos la ayuda de la ONU
Cuando los niños empiezan a morir de hambre en Gaza como consecuencia de los cinco meses de bloqueo impuesto por Israel, sus restricciones a la entrada de ayuda humanitaria y su destrucción sistemática de los medios de vida en la Franja, también se hunde el principal salvavidas que le queda a la población del enclave para seguir a flote. Desde mediados de enero, cuando emergieron las alegaciones del Estado judío contra la neutralidad de la UNRWA y los presuntos vínculos con el terrorismo de algunos de sus trabajadores, Israel ha acelerado su campaña de acoso y derribo contra la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados
Palestinos. A la conocida suspensión de las donaciones por parte de 16 países, hay que sumarle una cascada de medidas de corte administrativo adoptadas por el Gobierno de Netanyahu para obstruir el trabajo de la agencia y forzar su eventual salida de la región.
«La UNRWA se enfrenta a una campaña deliberada y concertada para socavar sus operaciones y, en última instancia, acabar con ellas», denunció el lunes ante la Asamblea General de la ONU el comisionado de la agencia, Phillip Lazzarini. «Parte de esta campaña implica inundar a los donantes con desinformación para fomentar la desconfianza y manchar la reputación de la agencia». Las alegaciones de Israel crecen con el paso de las semanas. Inicialmente acusó a 12 de los 13.000 trabajadores de la UNRWA en Gaza de haber participado en el letal ataque de Hamás del 7 octubre y sostuvo que el 10% de su plantilla tendría vínculos con las facciones armadas palestinas. Y esta semana añadió que 435 de sus empleados trabajarían como militantes armados en esas milicias. «No es una mera coincidencia. Es sistemático», dijo esta semana el portavoz militar israelí, Daniel Hagari.
Pero Israel, que utiliza la desinformación de forma recurrente, no ha presentado pruebas. Ni a los donantes ni a la propia UNRWA, una agencia que existe por mandato de la comunidad de naciones y que ha abierto dos investigaciones para esclarecer lo sucedido tras despedir fulminantemente a nueve de los 12 trabajadores señalados (el resto están muertos o no han podido ser identificados). «Israel no nos ha entregado nada, ni a nosotros ni a la ONU», asegura Raquel Martí, directora de UNRWA en España. Lo único que hizo el 18 de enero fue comunicar los hechos al jefe de la agencia y facilitarle los nombres de los 12 presuntos terroristas. «No sabemos en qué se han basado ni qué tipos de pruebas tienen», añade Martí.