Irlanda vota una revisión feminista de su Constitución
El nuevo texto elimina referencias al papel tradicional de la mujer
Irlanda se enfrenta a un nuevo momento decisivo en la lucha por los derechos y libertades de las mujeres. Cerca de cuatro millones de personas están llamadas a las urnas hoy para decidir, por la vía del referéndum, si dan luz verde a los cambios constitucionales propuestos por el Gobierno en materia de familia y de cuidados con el objetivo de dejar atrás la influencia de la Iglesia católica irlandesa en la Carta Magna, de 1937.
La modificación más importante incluye la eliminación de la vinculación de la mujer con las tareas domésticas y los cuidados, recogida en los artículos 41.2.1 y 41.2.2, una modificación que tendrá pocas consecuencias a efectos prácticos en la sociedad pero que cuenta con gran valor simbólico.
El primer artículo señala que la mujer «con su vida en el hogar», presta al Estado un apoyo sin el cual «no puede lograrse el bien común», mientras que el segundo artículo estipula que el Estado debe procurar que las madres «no se vean obligadas por necesidad económica a dedicarse al trabajo, descuidando sus deberes en el hogar». La propuesta sometida a votación hoy prevé la eliminación de estos dos artículos y su sustitución por un nuevo párrafo, en el que se especifica que el Estado «reconoce que la prestación de cuidados, por parte de los miembros de una familia entre sí en razón de los vínculos que existen entre ellos, proporciona a la sociedad un apoyo sin el cual no puede alcanzarse el bien común».
«UN REVÉS» El primer ministro irlandés, Leo Varadkar, del partido democristiano Fine Gael y primer jefe de Gobierno irlandés abiertamente homosexual, señaló que la victoria del no en el referéndum supondría un paso hacia atrás en la lucha por la igualdad en Irlanda. «El voto negativo sería un revés para el país, francamente, porque implicaría mantener un lenguaje muy anticuado sobre el papel de las mujeres en el hogar».