El BCE mantiene los tipos pero apunta a junio para bajarlos
La autoridad monetaria ha empezado ya a discutir la rebaja del precio del dinero La institución que dirige Lagarde reduce su previsión de inflación al 2,3% este año
Nuevo paso del Banco Central Europeo (BCE) en su lento camino hacia la primera bajada de los tipos oficiales de interés desde que estalló la crisis inflacionaria hace dos años. Como se esperaba, la autoridad monetaria decidió ayer mantener el precio del dinero en la zona euro al elevado nivel en que lo situó hace seis meses. Sin embargo, su consejo de gobierno «ha empezado a discutir (oficialmente) la retirada del carácter restrictivo» de la política monetaria. Así lo admitió por primera vez su presidenta, Christine Lagarde, quien –sin decirlo directamente– apuntó que el primer recorte de tipos desde septiembre de 2019 podría darse en junio, como esperan muchos analistas.
«Estamos en este proceso desinflacionario y estamos logrando buenos avances hacia nuestra meta de inflación (2% a medio plazo). Como resultado, tenemos más confianza pero no la suficiente. Necesitamos más datos y sabemos que llegarán en los próximos meses. Sabremos un poco más en abril, pero sabremos mucho más en junio. Y es importante, porque dependemos de los datos», dijo la alta funcionaria francesa.
Es más, Lagarde subrayó que entre sus consejeros hubo un «amplio acuerdo general» en que en junio contarán con «mucha más información», lo que parece apuntar a
una postura de compromiso entre los partidarios de una política monetaria más dura (conocidos como halcones, en la jerga de los bancos centrales) y más suave (palomas).
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EL NIVEL MÁS ALTO Hasta entonces, eso sí, todo hace indicar que el tipo principal del BCE seguirá en el 4,5% (el nivel más alto desde mayo del año 2001), mientras que la faci
lidad de depósito (el interés con que remunera el dinero que guarda a los bancos, el más relevante en el actual contexto) se quedará en su máximo histórico del 4%.
Otro factor que apunta a que el recorte de tipos está cada vez más cerca es la revisión trimestral de las previsiones macroeconómicas del banco central del euro. Sus economistas, así, prevén ahora que el IPC se situará de media en el 2,3% en 2024, el 2% en 2025 y el 1,9% en 2026, frente al 2,7%, 2,1% y 1,9% que calcularon en diciembre. También rebajó sus estimaciones sobre la inflación subyacente hasta una media del 2,6%, el 2,1% y el 2%, frente al 2,7%, 2,3% y 2,1% anteriores.
La rebaja cobra especial relevancia después de que en febrero tanto la inflación general (2,6%) como la subyacente (3,1%) se redujeran menos de lo anticipado por los analistas (2,5% y 3,1%). Además, el BCE espera ahora un menor crecimiento económico de la zona euro este año (0,6% frente al 0,8% de diciembre), mientras que lo mantiene para 2025 (1,5%) y lo ha revisado una décima al alza para 2026 (1,6%). Este escenario de menor inflación y menor crecimiento a corto plazo, de cumplirse, da margen a la institución para comenzar a suavizar la política monetaria.
Lagarde, eso sí, destacó que la inflación en el sector servicios de la zona euro sigue siendo robusta y lo vinculó al crecimiento de los salarios, que tienen un peso especial en los precios de este sector. Sin embargo, también en este campo destacó que comienza a haber «señales» de que el aumento de los sueldos está comenzando a moderarse y de que en parte se están viendo absorbidos por los márgenes empresariales, sin trasladarlos a los precios que pagan los consumidores. Este, admitió, es el principal componente del que depende que los tipos oficiales comiencen a bajar.