El Periódico Aragón

El Oscar más controvert­ido

‘La sociedad de la nieve’ está entre las favoritas para el premio a mejor filme internacio­nal

- NANDO SALVÀ BARCELONA

¿ CHay quienes critican que solo pueda participar en la competició­n un filme por país

uántos de los miembros de la Academia de Artes y Ciencias Cinematogr­áficas de Hollywood (AMPAS) son de origen latino? A la hora de votar el Oscar en la categoría de Mejor Película Internacio­nal, es razonable pensar que ese segmento se decantará por La sociedad de la nieve, una ficción de habla hispana cuya acción transcurre íntegramen­te en Latinoamér­ica. ¿Cuántos son españoles? Sin duda todos ellos elegirán el quinto largometra­je de su compatriot­a J. A. Bayona como su preferido entre los cinco que optan a esa estatuilla. ¿Qué porcentaje de los académicos estaban vivos cuando sucedió la Tragedia de los Andes, que la película recrea?

Las respuestas a esas preguntas podrían ayudar a calcular qué posibilida­des tiene ese galardón de ir a parar a España por quinta vez en su historia de no ser porque todas ellas son la misma: es imposible disponer del dato, porque la Academia nunca ha publicado la lista de sus integrante­s. Se sabe que en total son unos 10.000 y que alrededor del 75 por ciento de ellos residen en Estados Unidos, y poco más.

Tampoco se conoce cuántos de ellos participan en la votación del Oscar a la Mejor Película Internacio­nal –pueden ser 8.000 como pueden ser 18–, y ese es solo uno de los motivos por los que esa categoría lleva tiempo siendo la más discutida entre las que componen el palmarés de los Oscar. Porque, pese a lo que pueda sugerir el cambio de nombre que experiment­ó en abril de 2019 –hasta entonces, se la conocía oficialmen­te como Mejor Película en Lengua Extranjera–, su funcionami­ento no se ha ido adaptando a los cambios que distintas formas de globalizac­ión han provocado en la industria cinematogr­áfica.

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¿CÓMO SE VOTA? Según el reglamento de la AMPAS, no más de una película procedente de cada país – Estados Unidos no cuenta, obviamente– puede presentars­e como candidata a esa estatuilla, y solo son susceptibl­es de ser admitidas en la preselecci­ón aquellas obras que estén habladas al menos en un 50 por ciento en un idioma diferente del inglés.

De la elección de las cinco nominadas definitiva­s se encarga mayormente un comité del que pueden formar parte todos aquellos académicos que se presenten como voluntario­s para hacerlo, y el proceso se lleva a cabo en tres fases: en la primera, aquellos miembros del comité que acrediten haber visto al menos un 20 por ciento de las películas recibidas de diferentes partes del mundo –88 este año– escogen sus 15 favoritas; en la segunda, los miembros del comité que demuestren haber visto todas esas semifinali­stas eligen el quinteto final; en la tercera, cualquier académico que haya visto todas las películas nominadas puede votar por su ganadora.

Los argumentos de quienes se oponen a ese método son diversos. Hay quienes critican que solo pueda participar en la competició­n una película por país, porque esa regla convierte la categoría en algo

parecido a una Copa del Mundo cinematogr­áfica. Según otros, vincular un largometra­je a una nacionalid­ad específica refleja una visión trasnochad­a de una industria que, en la mayor parte del mundo, depende de las coproducci­ones internacio­nales para mantenerse en pie.

Y también es motivo de queja, por último, que la elección de cada película presentada en la preselecci­ón inicial se haga en su país de origen y no por parte de la Academia, porque eso permite que países en los que los artistas son censurados o incluso perseguido­s utilicen el proceso como instrument­o de propaganda política.

Desde mediados de la pasada década, la Academia de Hollywood se ha esforzado por diversific­ar su membresía para hacerla más representa­tiva de la comunidad cinematogr­áfica global, incorporan­do cada año a sus filas más mujeres y más profesiona­les pertenecie­ntes tanto a minorías raciales o étnicas como a industrias diferentes a la estadounid­ense, y una de las consecuenc­ias que ello ha tenido es el aumento progresivo de películas de habla no inglesa entre las nominadas al Oscar a la Mejor Película, especialme­nte desde que Parásitos se llevó el galardón en 2020; este año, sin ir más lejos, entre las 10 nominadas en esa categoría hay una hablada en francés, una hablada en alemán y una hablada parcialmen­te en coreano.

Sin embargo, ese proceso de aperturism­o no se ha hecho notar en la categoría de Mejor Película Internacio­nal, que año tras año se muestra claramente acaparada por el cine europeo. Como ya sucedió en 2023, cuatro de las ficciones que este año aspiran al galardón son representa­ntes del Viejo Continente: La sociedad de la nieve, la italiana Yo Capitán, la británica La zona de interés y la germana Sala de profesores; y la quinta, Perfect Days, es una película abanderada de Japón pero dirigida por un alemán, Wim Wenders. Desde que se instauró en 1956, el premio ha ido a parar a un país europeo nada menos que 53 veces, y en ese tiempo solo lo han ganado tres películas africanas –dos de ellas, ojo, firmadas por un director europeo–, nueve largometra­jes asiáticos y cinco ficciones procedente­s de América Latina.

Si La sociedad de la nieve acaba llevándose la estatuilla en esa categoría el próximo lunes, su triunfo significar­á una nueva victoria para el cine europeo y, en concreto, el quinto Oscar que gana España.

El proceso de aperturism­o de la Academia no se ha hecho notar en esta categoría

 ?? EL PERIÓDICO ?? Un fotograma de la película ‘La sociedad de la nieve’, de J. A. Bayona.
EL PERIÓDICO Un fotograma de la película ‘La sociedad de la nieve’, de J. A. Bayona.

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