«Con dos denuncias no van a conseguir meternos miedo»
EL PERIÓDICO habla con el agricultor que llegó al puente de la Aljafería con su tractor Otros manifestantes afirman que la acción fue «controlada y con buena intención»
Atiende al teléfono tan solo unas horas después de salir de la Jefatura Superior de Policía de Aragón. No dice su nombre, pero es uno de los agricultores más buscados: él fue el conductor del tractor que llegó hasta el puente de acceso al Palacio de La Aljafería el pasado 1 de marzo. Sobre él recaen dos denuncias y un proceso de investigación judicial y policial para esclarecer cómo se pudo llegar a este punto y qué se debe hacer para que no se vuelva a repetir.
«Me investigan por lo que pasó en la Aljafería», confirma este agricultor, natural de Belchite, que llegó con su tractor hasta donde nadie pensaba que se podía llegar. «Nos tomaron declaración y nos dejaron libres, no hay mucho más», certifica, agradecido con la solidaridad de los compañeros que le arroparon en su llegada a la comisaría del paseo María Agustín de la capital aragonesa.
Pero, ¿por qué paso todo aquello mientras las Cortes celebraban un pleno? «La Policía no actuó como debía hacerlo y la cosa se aceleró», concreta el agricultor, que asegura que el movimiento «iba de buenas» y con la intención de hacer llegar un manifiesto a algunos de los diputados presentes en la Aljafería.
La sorpresa del tractor en el puente es todavía mayor si se observa a los alrededores de los jardines del palacio. Una decena de tractores descansaban en la zona reservada para el aparcamiento de autobuses, colocados allí por petición de la Policía. Los que aparcaron en esa zona fueron los más madrugadores, lo que implica que este trabajador de Belchite pudiera realizar su maniobra. «Yo llegué tarde y me sumé a la gente que subía andando», en referencia a los varios centenares de agricultores y ganaderos que llegaron a pie hasta el palacio. Entraron ellos, entró el tractor, siguiendo a sus compañeros hasta donde terminaba la piedra del puente.
Otros agricultores consultados por este diario admiten que la situación «se fue un poco de las manos», pero que pese a ese descontrol, hubo cierto orden. «Tenemos más cabeza de lo que parece», bromeaba alguno, mientras otros aseguraban que la llegada del tractor hasta el punto en el que fue frenado estaba medida: «Más allá de donde paró empezaban las tablas de madera, algo que era mucho más peligroso, por lo que la intención nunca fue pasar de donde quedó». Al fin y al cabo, durante una buena parte de la mañana del pasado viernes, el puente de la Aljafería resistió los más de 12.000 kilos que el mencionado vehículo pesaba, si se suma el propio tractor y las gradas de discos que llevaba conectadas.
El peso del tractor con el apero supera los 12.000 kilos, que descansaron en la parte de piedra del puente
La reflexión sigue instalada en la cabeza de muchos de los participantes, que defienden que «el tractor evita una primera carga policial» y lo consideran parte de la negociación con la Policía y con miembros de las Cortes: «Nos dijeron que si quitábamos el tractor nos iban a recibir, al retirarlo nos dijeron que nada y ahí fue cuando la gente que llevaba esperando más de media hora una respuesta intentó volver a avanzar».
Las dudas sobre hasta dónde llegarán las investigaciones no cesan, aunque dentro de los grupos de espontáneos se piensa que se tienen «fichados» a más agricultores de los tres llamados a declarar el pasado jueves. Por ahora, según ha podido saber este diario, las autoridades policiales no se han puesto en contacto con más manifestantes.
Sobre qué va a pasar después del revuelo nacional que se produjo tras el asedio a las Cortes de Aragon, el agricultor del tractor lo tiene claro: «Con dos denuncias no me van a meter ningún miedo, seguiré protestando junto con mis compañeros». Otros son, incluso, más ambiciosos y subrayan que «el hartazgo que mostramos la semana pasada se ha extendido a otros agricultores y ganaderos del resto de España».
haga transitar nuestras legítimas manifestaciones», además de solicitar «que se retiren todas las denuncias y procedimientos contra todos los agricultores y ganaderos».
Pese a las críticas a la actuación de la Policía Nacional que los manifestantes han trasladado desde la pasada semana, el propio Fernando Beltrán defendió una actuación «efectiva y muy bien planificada» en momentos de «mucha tensión y con mala praxis por parte de los agricultores». Sobre las identificaciones y denuncias, Beltrán defendió el proceso llevado a cabo por las autoridades policiales y señaló que «todo forma parte del normal funcionamiento de las instituciones y del Estado de Derecho». Sobre el diálogo con las diferentes plataformas y organizaciones, el delegado del Gobierno insistió en «la fluidez» de las conversaciones con las organizaciones profesionales agrarias, pero no con las nuevas plataformas creadas porque «se entiende que no representan
al sector». Los espontáneos señalaron al salir del encuentro con el personal de la Delegación del Gobierno que el diálogo con AEGA se iniciará al constituirse oficialmente, un proceso que «ya está en trámite».
Los manifestantes ironizaron con la política nacional gritando que «también quieren la amnistía» y lanzaron proclamas en defensa del sector primario. Los más avanzados deslizaron, en conversaciones de corrillo, la necesidad de instrumentalizar políticamente este movimiento.
En paralelo, un par de centenares de agricultores requirieron lo mismo en la Subdelegación del Gobierno en Huesca. En la manifestación por la capital oscense sí se volvieron a ver tractores, un par de decenas, que atravesaron el centro de la ciudad junto a los agricultores que se desplazaron a pie hasta la sede del Gobierno en la localidad.