El precio de la vivienda se dispara un 50% desde 2015
En las de segunda mano, el incremento es del 33%, pero el importe es un 25% menor que antes del «estallido de la burbuja»
Adosado de cuatro habitaciones por 280.000 euros o piso de obra nueva de tres habitaciones por casi 200.000 en el barrio de La Paz. Y de segunda mano de 3 habitaciones, en Arcosur, por 166.000. En el centro de Zaragoza, 135.000 por una vivienda de 50 metros y una habitación. También los hay por 30.000 euros, pero normalmente son pisos pequeños, sin ascensor y que necesitan una reforma integral. Buscar una vivienda puede convertirse en toda una odisea, sobre todo cuando se busca una que tenga las tres b, es decir, buena, bonita y barata. Las dos primeras quizá sean más fáciles de conseguir, pero lo de barata o más bien, asequible, ya es más complicado.
El precio de los inmuebles en la comunidad ha crecido un 50% desde 2015, que es el año que se toma de base, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Eso en cuanto a la obra nueva, ya que en el caso de la segunda mano, también ha habido un incremento sustancial, aunque menor, ya que alcanza solo el 33%. Es un aumento por debajo de la media nacional, que asciende al 67% y al 44%, respectivamente, tomando como base el mismo año.
«En cuanto a la obra nueva es razonable», porque en los últimos años ha subido de forma notable todo lo que tiene que ver con la construcción. Mucho se ha hablado de los incrementos de los materiales y la energía a causa de los últimos conflictos internacionales y antes incluso de la pandemia. Sin embargo, en las viviendas de segunda mano, tanto en Aragón como en Zaragoza, como «motor» de la comunidad todavía son un «25% más bajos que los alcanzados antes del estallido de la burbuja en el 2008», asegura Fernando Baena, presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Zaragoza y Soria (APIS). Esto supone que «ha subido en los últimos años pero todavía no hemos llegado a los precios de otras poblaciones como Madrid, el norte o el arco Mediterráneo», asegura. De hecho, en la capital de España, ese incremento ha sido del 81% en obra nueva y del 60% en segunda mano. Y en Cataluña, del 81 y el 56%, respectivamente.
Aragón es una de las comunidades donde menos ha aumentado ese precio, ya que solo está por detrás de Castilla-La Mancha, Navarra y Extremadura, todas por debajo del 49,5% de incremento en viviendas a estrenar. Y también en las usadas, ya que ninguna de las comunidades supera el 30% con respecto a ese índice de precios de la vivienda, como tampoco hacen el País Vasco o Galicia.
Desconoce Baena si se alcanzarán esos precios que a los que se llegó en 2007, cuando la obra nueva costaba un 5% más que la actual y la de segunda mano, algo más del 32% (ya que el índice en aquel año rozaba los 200) porque «no tengo una bola mágica». Pero sí que tiene claro que aún puede crecer el coste «por la aplicación de nuevos códigos técnicos y exigencias de ahorro energético», ya que la obra nueva es «vivienda de consumo prácticamente mínimo». Además, las reformas en las de segunda mano «también han subido», pero insiste el presidente de los APIS que sigue por debajo del 25% de hace década y media.
En cuanto a la subida en el último año, a nivel nacional se ha incrementado un 8% en los hogares a estrenar y un 3,2 en las ya usadas. En el caso de la comunidad, se dispara ese incremento, ya que asciende a un 9,5%, mientras que en el caso de la vivienda de segunda mano es del 2,5%.
El sector, afirma Baena, está «un poco impaciente» debido al tema de la subidas de interés o por «la inseguridad sociopolítica internacional e incluso nacional, que no ayuda excesivamente en estos momentos de cierta incertidumbre». Aun así, augura, un año «dentro de la normalidad». El año 2022 fue «excepcional», según lo califica el presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Zaragoza y Soria, ya que se alcanzaron las 12,7 viviendas vendidas por cada mil habitantes
Las exigencias de ahorro energético podrían seguir incrementando el coste
En 2022 se vendieron casi 13 casas por mil habitantes y este año se esperan diez
y año, que es un número «extraordinario», al que no se había llegado desde ese mágico 2007, justo antes de la burbuja inmobiliaria de 2008, donde se produjo un gran descenso de compraventas y por tanto, caída del precio y constructoras con dificultades financieras.
También 2023 fue un buen año, ya que se cerró con alrededor de 11 casas por mil habitantes y este, se espera «en torno a 10 viviendas por mil habitantes, de ahí que sea un año marcado por la normalidad». Según el último informe del mercado inmobiliario hecho público recientemente por el director de la cátedra, se produjeron alrededor de 15.098 compraventas en 2023 en Aragón y aunque siga el descenso, serán «buenas cifras». El incremento del índice de precios de la vivienda, según el INE, correspondiente al último año fue en Aragón del 4,3, solo una décima por encima de la media, lejos del 5,3 de Andalucía y del 4,7 de Navarra; pero también de comunidades como Castilla-La Mancha, que creció un 2,1% y de Extremadura (2,2).