Ábalos coincidió con la red Koldo cuando esta hacía tratos en Canarias
El exministro, su asesor y un jefe de la trama se alojaron en el mismo hotel de lujo Salud adjudicó dos semanas después pruebas de covid propuestas por el clan
¿Coincidencia? Nada es casual. Por eso está apuntado y el texto escrito en letra negrita –la usada para destacar las cosas importantes– en el informe de los agentes de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil que desentraña la enmarañada madeja del denominado caso Koldo. El mismo día, en el mismo hotel, en el Royal Hideaway Santa Catalina, de cinco estrellas y superlujo, se hospedan en Las Palmas de Gran Canaria el entonces ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos; su asesor, Koldo García, y el empresario Javier Serrano Costumero. La fecha: 21 de noviembre de 2020.
Cuatro años después Koldo García y Serrano son detenidos junto a otras 17 personas por montar una trama de corrupción dedicada al cobro de comisiones por los contratos firmados con las administraciones públicas para la adquisición de material sanitario contra la pandemia. Están acusados por la Fiscalía Anticorrupción de malversación, tráfico de influencias y blanqueo de capitales en una causa que se investiga en el juzgado de instrucción número 2 de la Audiencia Nacional. Ábalos está ahora suspendido de militancia en el Partido Socialista. Y Canarias aparece como un territorio de provisión para la trama.
El 25% de sus beneficios de la trama salieron de contratos adjudicados por el procedimiento de negociado sin publicidad y con carácter de emergencia por el Gobierno de Ángel Víctor Torres, ahora ministro de Política Territorial y Memoria Democrática. 15,3 millones de euros.
Volvamos cuatro años atrás. A noviembre de 2020. El nombre de Koldo; el de su jefe, Ábalos, y el de su cómplice, Serrano, aparecen en el registro de huéspedes del Hotel Santa Catalina cuando los agentes de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, la encargada de la investigación de los delitos más graves de la delincuencia y el crimen organizado, empiezan a rastrear, desde que se abre en abril de 2022 la causa en la Fiscalía Anticorrupción, los movimientos del asesor del ministro y sus compinches durante la pandemia. El día, un viernes, y la fecha, son importantes.
En la agenda oficial de Ábalos se incluía ese 21 de noviembre un acto oficial: la visita al centro de Coordinación de Salvamento Marítimo de Las Palmas y la Capitanía Marítima por la crisis migratoria, con decenas de subsaharianos hacinados en el muelle de Arguineguín. Koldo y Serrano tenían otros intereses. Más prosaicos, menos solidarios. Más dinero.
Dos semanas después de esa pernoctación en el Hotel Santa Catalina, el 3 de diciembre, el Gobierno de Canarias aprobaba un decreto en el que anunciaba la gratuidad de las pruebas serológicas para todos aquellos residentes canarios que decidieran regresar a las islas por Navidad. No se podía entrar en los puertos y
aeropuertos canarios sin una PCR .
Las pruebas eran gratis, pero con una condición: que los análisis se hicieran en los laboratorios clínicos de Eurofins Megalab distribuidos por todo el territorio nacional. Para facilitar los trámites el propio Servicio Canario de Salud ofrecía un correo electrónico y un teléfono para cerrar la cita con el laboratorio. Objetivo cumplido para la trama de Koldo.
Los implicados lograron hacerse con la exclusiva de los test para los viajeros
/ ‘LOS CUATRO MOSQUETEROS’ Eurofins Megalab, una multinacional de análisis clínico asociada a la organización corrupta, logró vender al Servicio Canario de Salud pruebas PCR y de antígenos por 3,1 millones de euros, no solo por los servicios prestados aquellas Navidades en plena pandemia, si no por los que siguieron haciendo hasta mayo, cuando finalizó el acuerdo con la Administración sanitaria canaria.
El consejero delegado de Eurofins Megalab, David Siguero Casero, conspiraba gracias a Koldo. Aunque los negocios de verdad los hacía con su amigo Javier Serrano, quien junto a otros tres detenidos –Ignacio Díaz Tapia, Víctor Gonzalo de Aldama y César Moreno García– son los cabecillas (los Cuatro mosqueteros, se denominaban en un grupo de Whatsapp) de la trama corrupta. A Koldo lo tenía a sueldo con comisiones. La jugada les salió ganadora al convencer a Movilidad y Sanidad de que las pruebas rápidas contra el covid en puertos y aeropuertos, obligatorias para entrar en el territorio nacional, las hiciera Eurofins Megalab. En Canarias, incluso con recomendación. Si eras residente, vivías en la Península y querías entrar en las islas sin tener que pagar por el certificado Libre de covid tenías que ir a un laboratorio de Eurofins Megalab. Si no, no.