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Ana López-Puigcerver, Belén López-Puigcerver, David Martí y Montse Ribé optan al Oscar por el maquillaje y la peluquería de ‘La sociedad de la nieve’, de J. A. Bayona
Esta semana han volado a Los Ángeles para la ceremonia de los premios Oscar con las maletas llenas de prótesis de piernas, moldes, heridas y pelucas. Los catalanes Ana López-Puigcerver, Belén López-Puigcerver, David Martí y Montse Ribé están nominados a mejor maquillaje y peluquería en los galardones más importantes del cine por La sociedad de la nieve, de J. A. Bayona. Un «reconocimiento» a su trabajo que reciben «muy ilusionados», aseguran en una conversación con este diario, aunque son conscientes de que existe «mucha competencia» este año. La cinta muestra la tragedia de los Andes en 1972, cuando un avión se estrelló en la cordillera. Los maquilladores y el equipo de efectos visuales recrearon las heridas, hicieron muñecos de los fallecidos y reprodujeron los trozos de carne que comían los supervivientes.
Pero la dureza del suceso hizo que muchas imágenes finalmente no se emitieran en la película. «De nuestro trabajo habrá un 30%», afirma David Martí, maquillador y creador del Estudio DDT SFX de Barcelona. «Jota [J. A. Bayona] quería rodarlo todo, pero muchas cosas se quedaban en la sala de montaje», comenta. Por ejemplo, recrearon con dummies los retratos ficticios congelados de los personajes que morían. Eso «se eliminó por respeto a las familias y porque no hacía falta. Pero sí que le hacía falta a Jota rodarlo para tener todas las opciones posibles». «Es una película emocional y esos detalles no eran necesarios», valora Martí.
Reconocimientos
La sociedad de la nieve ya ha recibido el reconocimiento de los expertos y del público, pero la opinión que más importa a los maquilladores es la de los supervivientes del suceso. «Nos daba mucho respeto, pero nos dijeron que se vieron totalmente retratados», asegura la jefa de maquillaje, Ana LópezPuigcerver. Incluso el médico del trágico suceso, Roberto Canessa, les felicitó por su trabajo con las heridas. «Teníamos muy presente todo el rato que eran hechos que habían ocurrido de verdad», apunta Montse Ribé, maquilladora del Estudio DDT SFX de Barcelona. «Cuando estudiábamos las heridas no me podía creer que les pasara eso y algunos sobrevivieran», confiesa la maquilladora.
El rodaje de la película se alargó un año. En la primera etapa, desde enero hasta abril de 2022, se encontraron con la dificultad
de grabar en condiciones extremas en la montaña, en Sierra Nevada, con la nieve y el frío a unos 2.800 metros de altura. El cuerpo técnico que llegaba a la montaña era muy reducido. «Cuantos más actores subían, menos equipo de maquillaje, por lo que los retoques eran muy complicados», explica la jefa de maquillaje, Ana López-Puigcerver.
Así, la grabación del filme fue cronológica y lineal durante 141 días para que los actores sufrieran la transformación progresiva de sus cuerpos con el paso del tiempo en la montaña, como la pérdida de peso o el crecimiento gradual del pelo y la barba. El cambio no era igual para todos. Mientras algunos adelgazaban más rápido, en otros costaba más apreciar la crudeza de la tragedia. Esa diferencia tenían que acentuarla con maquillaje y las prótesis creadas para cada situación.
Tras su paso por las tierras granadinas, el equipo se trasladó a Chile y Uruguay, donde recrearon las escenas de la bienvenida en el aeropuerto. «De Sierra Nevada a Uruguay fueron con el mismo rácord [la relación de continuidad entre los planos para que no rompan la verosimilitud] porque llegaban delgados con el pelo largo y demacrados cuando les recogen tras el resca
te, pero luego paramos un mes para que cogieran peso», explica López-Puigcerver.
Después de la pausa, los actores grabaron las escenas previas al accidente en Uruguay, donde se despedían de sus familiares antes del trágico suceso. Más tarde volvieron a parar el rodaje y lo retomaron antes de Navidad, cuando finalmente recrearon el accidente de avión en los estudios de Netflix. «Desde agosto, en Uruguay, que es cuando están en el aeropuerto y van a coger el avión, a noviembre, en el rodaje del accidente en Madrid, tenían que estar exactamente iguales. Eso fue complicado de conseguir», asegura.
En el proceso de documentación contaron con la información que les habían facilitado, sus investigaciones y el contacto con los supervivientes. «Nos contaban anécdotas y les enviábamos bocetos del cuerpo para que ellos mismos señalaran las heridas que podían tener», explica Ana López-Puigcerver.
El equipo de efectos visuales también hizo un estudio previo de los hechos, como «el momento acordeón del accidente y cómo se rompen las cosas», para intentar entender «cómo pasó y ser lo más fiel a lo ocurrido», explica Ribé.
El equipo recreó las heridas, los trozos de carne, e hizo muñecos de los fallecidos
La grabación fue cronológica y los actores sufrieron una transformación progresiva