Para todas las mujeres que llegaron lejos

Gema Abad

Campo (Huesca)

Su pulsión creadora le permitió adentrarse en una aventura creativa que brotaba de su yo más íntimo y conseguía captar la atención de cuantos la oían. Su discurso era bello y sublime, cargado de connotaciones que sólo una mujer era capaz de transmitir. Ahora empezaba una sutil lucha por defender el ingenio de todas aquellas féminas, cuyos argumentos habían sido acallados y menguados en sus propósitos.

Acababa de cumplir veintidós años y quería estar segura de que nada ni nadie iba a entorpecer su carrera. Asistía al Ateneo literario, lugar donde coincidía con mujeres que, como ella, querían llegar lejos, cambiando esas dinámicas que, años atrás, las habían mantenido al margen de la cultura.

Creó, con otras personas de su mismo sexo, un círculo de intelectuales donde sus escritos empezaron a destacar, extendiéndose por todos los ambientes literarios que ella frecuentaba. Su nombre era aclamado y las páginas de sus libros sirvieron de acicate para todas aquellas jóvenes que querían iniciarse en la escritura.

Alrededor de ella se fue creando un halo de gloria. Sus obras eran comentadas por todas partes. Algunas mujeres la envidiaban y se sentían fascinadas por su persona. Otras empezaron a soñar con seguir su camino, seducidas por esa aura de esplendor que ella emitía. Todas encontraban un motivo irrefrenable para seguir sus pasos. La pasión que les había transmitido había conseguido crear un mundo de ansias que ellas dominaban como diosas altivas. Su fuerza, su constancia y una pequeña dosis de arrogancia, sin la que hubiera sido difícil destacar en un ambiente hostil, habían propiciado el poder arrastrar a otras munas chas jóvenes. Ese ejemplo las iba a ayudar a transitar por esa especie de senda en la que habrían de abandonar la fragilidad y convertirla en firmeza.

Su influjo iba a perpetuarse, convirtiendo su infancia y juventud en el eje a través del cual su genio fue avanzando, con una disciplina y perseverancia que acabó con los fantasmas que la rodeaban.