El mal que atenaza a las renovables
El boyante negocio de las energías renovables se está viendo empañado por un problema incipiente pero que está generando nerviosismo y quebraderos de cabeza al sector de cara al futuro. Este mal se denomina curtailment, que ocurre cuando por orden del operador del sistema eléctrico (Redeia) debe detenerse total o parcialmente el funcionamiento de una central eólica o fotovoltaica a pesar de existir las condiciones técnicas adecuadas para que funcione. Ocurre cuando se produce una saturación de la red de transporte, que no es capaz de soportar la producción total de la generación verde. Las consecuencias de ello son que se desperdicia energía y se dificulta la recuperación de las inversiocenamiento nes realizadas en las plantas. De ahí que este sea uno de los asuntos prioritarios al que está tratando de buscar soluciones el centro tecnológico aragonés Circe.
Red Eléctrica (Redeia) estima que el pasado año se desaprovechó por esta cuestión menos del 2% de la producción renovable. Aunque por el momento es una tasa baja, la previsión es que la cifra aumente en los próximos años conforme crezca la penetración de este tipo de energías derivadas de fuentes naturales. «Los productores deben tener en cuenta en sus planes de negocio que habrá un porcentaje de la energía que no se podrán verter a la red», explicó el experto José María Yusta. El problema podría paliarse con la introducción de sistemas de almacomo baterías o hidroeléctricas reversibles.
Hay otro factor de preocupación; la llamada canibalización. Este fenómeno le afecta sobre todo a la energía solar en las horas centrales del día, cuando el precio de la luz en el mercado mayorista se hunde, en ocasiones hasta cero euros.
En esta coyuntura, los productores optan a veces por detener la generación de energía porque no les interesa venderla a un precio tan bajo y prefieren reservar la vida útil de las máquinas para cuando haya expectativas de mayores ingresos. Este fenómeno va a empujar al sector a la firma de acuerdos de compraventa de energía a largo plazo, conocidos como PPA.