Le arranca parte de un dedo con un mordisco en un pub de Huesca
Un oscense de 34 años sufrió el viernes por la noche la amputación de la primera falange de su dedo anular al recibir un mordisco por parte de un individuo que intentaba estrangular a un camarero en la sala Edén de Huesca. Según ha podido saber EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, el agresor estaba acompañado de otros dos amigos que iniciaron una trifulca en el citado establecimiento durante un concierto del grupo Copacabana. Primero se encararon con la víctima hasta el punto de que uno de ellos se acercó a la barra a coger un botellín de cerveza vacío con el que agredirle, aunque sus intenciones fueron frenadas por el camarero. Uno de ellos le practicó una llave por sus espaldas y el herido, con intención de que dejara de ahogarle, intentó separarlo con la mala suerte de recibir un mordisco en el dedo.
Rápidamente se percató de que no había sido una mordida al uso y, al dirigirse al baño para comprobar el alcance de la herida, se dio cuenta de que le había arrancado de cuajo la primera falange del dedo anular. La víctima
El agresor estrangulaba a un camarero de la sala cuando le mordió
abandonó el baño con desconcierto y fue entonces cuando desde el pub dieron aviso al 091, que comisionó hasta allí a varias dotaciones de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Comisaría Provincial de Huesca. Los agentes se entrevistaron con varios de los testigos y salieron en busca de los agresores, que huyeron en dirección al parque Miguel Servet. Al cierre de la edición de este diario, todavía no se había completado ninguna detención.
El herido, por su parte, fue trasladado de urgencia al hospital Universitario San Jorge de la capital oscense, donde fue dado de alta pasadas las 03.00 horas. Ayer, a mediodía, este treintañero formuló la correspondiente denuncia y relató a los agentes cómo se desencadenó la agresión. Recordó cómo le empujaron en el bar y se encararon con él hasta que uno de ellos decidió acercarse a la barra para recoger un botellín de cerveza con el que agredirle. Uno de los camareros de la sala le frenó, pero fue sorprendido por las espaldas. Como le estaba estrangulando, el herido salió en su auxilio, aunque acabó perdiendo la primera falange de su dedo anular.