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Cuatro de las once temporadas desde el descenso en 2013 tuvieron tres entrenadores distintos, la 16-17, la 18-19, la 20-21 y la actual, una clara muestra de inestabilidad
La trituradora de entrenadores que supone el Real Zaragoza en esta eterna etapa en Segunda, vivirá con Julio Velázquez el capítulo número 17 para que, salvo giro inesperado, la repetición de la era de Víctor Fernández sea el 18º, teniendo en cuenta que el entrenador del barrio Oliver sumara su segundo paso, algo inédito desde que el equipo dio con sus huesos en la categoría de plata, donde se vivieron los últimos coletazos de Agapito Iglesias (1314), el largo periodo de la Fundación (14-22) y los dos cursos con Real Z LLC, para que ninguna de esas etapas se haya resistido a la espiral de cambios en el timón zaragocista. Tanto es así que la actual va a ser la cuarta temporada de las 11 con tres entrenadores diferentes.
Siempre se dice que un relevo de entrenador suele ser sinónimo de año gris, pero que cuando son dos las destituciones no hay nadie que libre a ese equipo de un curso decepcionante, casi terrorífico. Y con el Zaragoza eso se cumple a rajatabla, porque las otras tres temporadas con un tridente de técnicos en el banquillo fueron un suplicio para lograr la permanencia. El récord en este siglo lo tiene, por cierto, la 07-08, con hasta cuatro entrenadores (Víctor, Ander Garitano, Irureta y Manolo Villanova) para acabar bajando a Segunda y tambén hubo cuatro distintos en la 96-97, con Víctor, Manolo Nieves, interino un encuentro, Espárrago y Luis Costa.
Pero, en esta etapa de plata actual, la 16-17 fue la primera, con Luis Milla aguantando solo 11 jornadas y con Raúl Agné de relevo, con bueno resultado al inicio y con insostenible situación a falta de 12 jornadas, cuando Láinez se hizo cargo del equipo desde el filial para finiquitar la salvación y teniendo a Natxo
González ya fichado para el curso siguiente. En la 18-19 el curso lo empezó Imanol Idiakez, pero esa apuesta no funcionó con solo 10 partidos de crédito, ni tampoco la de Lucas Alcaraz, un veterano que aguantó 8. Víctor Fernández, como ahora, fue el elegido a finales de diciembre para lograr la permanencia, lo que se consiguió con cuatro jornadas de antelación.
En la 20-21, con el equipo deprimido tras no lograr el ascenso en la pospandemia, el Zaragoza recurrió a Rubén Baraja, con mal resultado en las 10 citas iniciales, pero peor fue el relevo, ya que Iván Martínez, en ocho partidos,
logró la peor media de puntos de un entrenador en esta etapa en Segunda del Zaragoza, solo tres de 24, para que JIM, que arribó en la jornada 19 y con el equipo penúltimo, sellara la permanencia más sufrida de todas en esta era de plata, aunque le sobraron al alicantino dos partidos.
Tres Ligas de un míster
Así, solo en tres cursos en esta larga travesía el entrenador que empezó la Liga la terminó y fueron desde luego años sin sufrimiento, en dos de ellos luchando por subir. El primero que lo consiguió fue Natxo González en la 17-18,
llegando al playoff tras una gran segunda vuelta y turbulencias en la primera, también Víctor en la 1920, cuando la pandemia frenó a un equipo lanzado y que ya no fue el mismo después, para caer también en la promoción, además de JIM en la 21-22, con una décima plaza final.
Mientras, en la 13-14 (Paco Herrera y Víctor Muñoz), en el último año de Agapito Iglesias, en la 14-15 (Víctor Muñoz y Ranko Popovic), en la 15-16 (Ranko Popovic y Lluís Carreras) y en la 22-23 (Carcedo y Escribá), en la primera Liga de Real Z LLC, hubo dos técnicos en el banquillo zaragocista.