El idilio de Orbán con Rusia enturbia la OPA húngara sobre Talgo
Las alarmas han saltado en el Gobierno de España por el intento de un consorcio de empresas húngaro de comprar Talgo, teme que haya inversores rusos o el mismo Estado detrás de la operación. Relación categóricamente desmentida por Magyar Vagon. Pero ¿hay motivos para sospechar?
Hay lazos políticos y comerciales entre Hungría y Rusia, y algunos sobrevuelan la operación. La compra la quiere llevar a cabo el consorcio Ganz-MaVag Europe, formado en un 55% por la compañía Magyar Vagon y en un 45% por el fondo estatal Corvinus Zrt. «Magyar Vagon pertenecía a Kristóf Szalay-Bobrovniczky, el actual ministro de Defensa húngaro, hasta que entró en el Gobierno. Uno de sus contratos más sustanciales lo firmó con Egipto para construir 1.300 vagones de metro en cooperación con la empresa rusa Transzmasholding», explica Zsuzsanna Végh, analista política húngara. La propaganda rusa se puede ver constantemente en los medios húngaros afines al Gobierno. «Los servicios secretos
Budapest y Moscú mantienen estrechos lazos políticos y comerciales
rusos han penetrado el sistema de información del Ministerio de Exteriores húngaro, según las investigaciones de los medios del país, al menos desde 2016», subraya, Botond Feledy, analista geopolítico y CEO de Red Snow Consulting.
«Empresarios cercanos al Gobierno han estado dirigiendo empresas junto a oligarcas rusos, como ha ocurrido recientemente en la reconstrucción de los vagones del metro», apunta Feledy. Los hombres de negocios rusos se han instalado en Hungría y están perfectamente integrados en la vida económica del país desde los primeros años 90. Las relaciones políticas y económicas públicas de Hungría con Rusia no dejan lugar a dudas. Pero que detrás de la operación de Talgo pueda haber manos rusas está por probarse. Y hay quienes consideran que no es el caso.
«Creo que la compra es húngara, y no rusa», opina Gergely Brückner, periodista de que sigue la opa.