Bagnaia deleita y Marc promete más alegrías
El bicampeón italiano demuestra que sigue siendo el principal candidato a renovar el título, mientras que Martín termina tercero y Márquez, cuarto
Domingo, el día de Dios. Domingo, la carrera que ama el bicampeón italiano de MotoGP. Domingo, el día en que Pecco Bagnaia decide sacar todo su armamento y demostrar, de principio a fin, de semáforo rojo a bandera a cuadros, que es el candidato número uno al título mundial de nuevo. Domingo, el día que los demás ven escaparse al jefe de Ducati, cuya moto es, posiblemente (bueno, no, sin duda), una moto única, especial para él. Bagnaia, que estuvo muy discreto el sábado en la esprint, se fue a dormir convencido (y lo dijo, el sábado por la noche, en la sala de prensa), que ganaría el domingo. El día del Señor. Del señor campeón.
Pero entre el sábado y el domingo, Bagnaia, que antes ganaba por bastante más del segundo pelado con el que ayer superó al surafricado
Brad Binder (KTM), confirmó que este año tendrá, sin duda, muchos más rivales en su sueño de convertirse en tricampeón de la categoría reina «con lo que entraría en el Olimpo de los dioses», según su jefe Davide Tardozzi.
Porque tanto Binder, como Jorge Martín (Ducati, 3º), como Marc Márquez (Ducati) ¡cómo no!, carrera inteligentísima la del ocho veces campeón del mundo, como el mismísimo y atrevido genio de Mazarrón, Pedro Acosta (noveno), demostraron que tienen moto, manos, ganas, sabiduría y coraje para complicarle la tarea.
Bagnaia se escapó, reguló durante las 21 vueltas del GP, apretó de lo lindo en el noveno y décimo giro, donde le sacó medio segundo a Binder, y adiós muy buenas. Ahí acabó la carrera. Márquez cumplió lo prometido anteanoche tras debutar con un soberbio quinto puesto en la carrera al esprint: «Acabar mañana (es decir, hoy) entre los cinco primeros sería un grandioso resultado». Finalmente fue cuarto. Su hermano Álex, también a los mandos de una Ducati, fue sexto. En Moto2 se impuso Alonso López y en Moto3 venció David Alonso.