El Periódico Aragón

Los derechos de emisión de CO2 cuestan la mitad que hace un año

El precio que pagan las empresas por contaminar es de 50 euros por tonelada El auge de las renovables y la mayor eficiencia de la industria, entre las causas

- SARA LEDO

Contaminar hoy cuesta casi la mitad que hace un año. Los derechos de emisión de CO2 han iniciado este 2024 con una tendencia a la baja que ha llevado a este mecanismo de defensa europeo, diseñado para promover una reducción de las emisiones de las grandes industrias a costa de rascarse el bolsillo, a situarse en el entorno de los 50 euros por tonelada, la mitad que hace un año, cuando tocó techo en 100 euros. La reducción coincide con la caída de precios del gas en las últimas semanas, que llevan a esta materia prima a valer alrededor de 25 euros por megavatioh­ora (MWh), la mitad que en 2022 y similar a los precios de antes de la crisis, según el mercado de referencia (TTF holandés).

Europa se rige desde 2005 por un sistema denominado Emissions Trading Sistem (ETS) que limita las emisiones de unas 10.000 instalacio­nes de gran consumo de energía (centrales eléctricas e industria) y de las aerolíneas. Cada empresa tiene asignada al año una cantidad limitada de derechos de CO2 que pueden emitir a la atmósfera de forma gratuita en el ejercicio de su propia actividad productiva. Si necesitan emitir más, deben acudir a un mercado (subasta) a comprar nuevos derechos.

El CO2 se convierte, así, en un coste más de producción de las instalacio­nes más contaminan­tes, lo cual explica su impacto en la fac

tura de la luz. Las centrales térmicas de generación eléctrica, como los ciclos combinados o plantas de carbón, son unas de las principale­s compradora­s de estos derechos, al no tener ningún cupo asignado de forma gratuita. De esta forma, una bajada o subida de los derechos de emisión de CO2 impacta directamen­te en los precios mayoristas

de la electricid­ad que se rigen por un sistema marginalis­ta según el cual la tecnología más cara es la que determine el precio.

En enero de 2018 estos derechos se pagaban a 4 euros por cada tonelada de CO2; en 2019, se llegó a 23 euros; en 2021, a 48, y el año pasado llegó al pico de 100 euros. Una tendencia al alza que está en la filosofía de la propia medida: si cada vez contaminar cuesta más, las industrias dejarán de hacerlo. Con un inicio de año en el que, por primera vez, se ha producido una desescalad­a de los precios a la mitad. La pregunta es: ¿Se está logrando el objetivo de emitir menos?

Las emisiones de CO2 repuntaron un 1,1% en 2023 a nivel global, con un alza de alrededor de 410 millones de toneladas, según un informe publicado hace dos semanas por la Agencia Internacio­nal de la Energía (AIE). Pero en el caso de la UE disminuyer­on casi un 9%, lo que resta 220 millones de toneladas, en línea con la caída observada en 2020, durante la pandemia del coronaviru­s, según el mismo informe, que atribuye el descenso actual al despliegue de energías renovables en el sector eléctrico, pero también a una situación macroeconó­mica más débil y a la mayor eficiencia de la industria.

/

MENOS DEMANDA Estas tres circunstan­cias que han rebajado las emisiones en Europa provocan una menor demanda de derechos de emisión y coinciden con la lectura que hacen fuentes del sector eléctrico, que ponen el foco en la desacelera­ción industrial, sobre todo en Alemania, que es uno de los grandes consumidor­es europeos, y a que los inversores están vendiendo derechos para cubrir las pérdidas en otros activos y obtener más liquidez. También plantean el efecto bola de nieve: a medida que el mercado baja, se alimenta la venta de posiciones.

«La generación renovable en máximos está reduciendo significat­ivamente la producción con gas y carbón en los mercados eléctricos europeos, principalm­ente en España y Alemania. La demanda industrial sigue sin grandes cambios al alza, otro factor más que mantiene contenido el precio del CO2», reitera el analista energético de Ignis Energía, Pedro Cantuel, a través de un correo electrónic­o, a lo que suma «unos fundamenta­les bajistas y un escenario de temperatur­as que no presionan, de momento, los precios al alza». No hay que obviar tampoco el componente especulati­vo, que llevó en volandas a los precios durante los últimos años.

 ?? SASCHA STEINBACH / EFE ?? Central eléctrica alimentada por carbón cerca de Grevenbroi­ch, en Alemania.
SASCHA STEINBACH / EFE Central eléctrica alimentada por carbón cerca de Grevenbroi­ch, en Alemania.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain