El Periódico Aragón

Víctor asume el reto del ascenso

El Real Zaragoza hace oficial la llegada del técnico aragonés, que regresa con el objetivo de ascender a Primera División la próxima temporada

- J. OTO ZARAGOZA

Víctor Fernández no llega al Real Zaragoza como apagafuego­s ni como remedio casero para la profunda depresión en la que ha caído el Real Zaragoza y el zaragocism­o. Consciente, en todo caso, de que es la mala situación actual la que provoca su llegada a La Romareda, el técnico, cuya incorporac­ión se hizo oficial anoche por lo que resta de curso y uno más, afronta su cuarta etapa en el banquillo con el objetivo de devolver al equipo aragonés a Primera División. Para ello, es preciso sacar a flote una nave ahora a la deriva, pero de eso no tiene duda alguna Víctor, al que, a grandes rasgos, le gusta la plantilla, si bien echa de menos algo más de talento y jugadores desequilib­rantes capaces de marcar diferencia­s. Pero con lo que hay, sostiene, no debería haber problema alguno para asegurar cuanto antes una permanenci­a convertida ya en único objetivo real a falta de doce jornadas para la conclusión de un convulso campeonato.

Pero, más allá de revertir la dinámica y rescatar al náufrago, Víctor acepta el reto con el objetivo a medio plazo de firmar el retorno de su Real Zaragoza a la máxima

categoría del fútbol nacional. El gran deseo del aragonés es volver a ver al equipo de su vida en Primera y sueña con ser parte de ello. Por eso, siempre ha tenido claro que su vuelta a un banquillo únicamente se daría en caso de que fuera el Zaragoza el que llamara. Cerca estuvo en noviembre, cuando el club desestimó su ofrecimien­to a través de terceros para hacerse cargo del equipo tras la destitució­n de Escribá. Pero, entonces, Juan Carlos Cordero, director deportivo de la entidad aragonesa, eligió a Velázquez movido por su deseo de no volver atrás. Su apuesta, sin embargo, ha resultado fallida del todo.

Ahora, más de tres meses después, es el Zaragoza el que reclama a Víctor, lo que le obliga a plegarse a la condición impuesta por el técnico de firmar por lo que resta de campaña y una más y tener poder de decisión en la confección de la próxima plantilla y, por tanto, en los fichajes a realizar. Sobre todo, en lo que respecta al perfil de los futbolista­s, algo que Víctor considera esencial de cara a construir una escuadra a su imagen y semejanza.

Porque es ahí, en la próxima campaña, donde el preparador zaragozano tiene depositada su esperanza

e ilusión en conseguir al fin ese ansiado ascenso que nunca llega y que Víctor rozó con la punta de los dedos en su anterior etapa en el banquillo zaragocist­a. La pandemia frenó en seco a aquel equipo que caminaba con firmeza por la parte más alta de la tabla hasta que la pandemia lo transformó todo. También al Zaragoza.

Por eso, Víctor quiere terminar lo que empezó. No es tanto quitarse una espina clavada, sino cumplir ese sueño convertido ahora en objetivo prioritari­o. Y esa oportunida­d que llevaba tiempo esperando ha llegado. Víctor volverá a entrenar para ascender al Zaragoza. Por eso renunciaba a sentarse en cualquier otro banquillo de la categoría o a emprender una nueva aventura en un país exótico de esos que ofrecen salarios difícilmen­te rechazable­s. Todo eso estaba descartado. Al Zaragoza, en cambio, lo estaba esperando a pesar de que su elección responde ahora más a un caso de necesidad y ante una delicada situación sobrevenid­a tras un primer relevo en el banquillo resuelto con un rotundo fracaso.

A Víctor, de 63 años, le gusta entrenar. Y le encanta el Zaragoza, al que ha dirigido en más ocasiones que nadie y al que ha llevado más lejos que ningún otro. Por eso, cuando se produjo la ansiada llamada después del enésimo fiasco en Pucela, al técnico se le encendió la mirada y el corazón. El gran reto, su gran reto, volvía a ser posible. Porque, lejos de los mensajes esquivos o de rehuir responsabi­lidades, Víctor tiene claro que viene para subir al Zaragoza, al que, por cierto, le encantaría volver a dirigir también en Primera. Pero eso es otro cantar. De momento, el técnico aragonés, que será presentado a las 13.30 horas en La Romareda, viene para enderezar el errático rumbo, sumar los puntos necesarios para abrochar definitiva­mente la salvación y comenzar a diseñar, posteriorm­ente, el Zaragoza con el que piensa acometer el asalto definitivo a ese ascenso que tan cerca estuvo de lograr a través de ese fútbol con el que se identifica el zaragocism­o.

La sensación es que Víctor ha llegado para quedarse. Su figura, ligada por siempre a buenas noticias para el Zaragoza, vuelve a emerger ahora para, como la última vez, salir al rescate de un equipo cadavérico al que debe devolver las constantes vitales. Al igual que un zaragocism­o que, al menos, vuelve a sonreír. El golpe, eso sí, ha sido tremendo.

 ?? ARCHIVO EL PERIÓDICO DE ARAGÓN ?? Víctor Fernández, durante una rueda de prensa ofrecida en La Romareda en su anterior etapa en el banquillo zaragocist­a.
ARCHIVO EL PERIÓDICO DE ARAGÓN Víctor Fernández, durante una rueda de prensa ofrecida en La Romareda en su anterior etapa en el banquillo zaragocist­a.

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