El Periódico Aragón

El zaragocism­o recupera la sonrisa: «Gracias, Víctor»

- J. OTO

Sostiene Víctor que es «un tío con suerte». La aseveració­n se sostiene sobre los «grandes jugadores» que han pasado por sus manos a lo largo de una dilatada trayectori­a que le ha llevado a ser el entrenador que más partidos ha dirigido al Zaragoza y el cuarto con más recorrido a nivel nacional con más de 700 encuentros a sus espaldas. Pero, ayer, fue él quien repartió fortuna entre unos aficionado­s que no dudaron en esperar al técnico desde muchos minutos antes de la hora en la que estaba programada su presentaci­ón.

Flanqueado a ambos lados por Raúl Sanllehí y Juan Carlos Cordero, el baño de masas de Víctor comenzó mientras los tres recorrían el breve trayecto desde las oficinas del club hacia La Romareda. «Con este sí, ya era hora. Antes lo tenían que haber traído. Y no estaríamos ahora en esta situación», afirmaba uno de los numerosos jóvenes aficionado­s zaragocist­as que vitoreaban y aplaudían al técnico a su paso hacia el estadio. Víctor, orgulloso, respondía con sonrisas, saludos y fotos: «A ver, a ver», respondía el aragonés cuando otro de los presentes le agradecía haber aceptado el reto. «Gracias, Víctor».

Ya en las entrañas de La Romareda, el entrenador se derrumbó en una conferenci­a de prensa «terrorífic­a», según admitiría después tras haberse visto obligado a abandonar la sala en dos ocasiones envuelto en lágrimas. Allí, en su casa, le esperaban impaciente­s alrededor de 200 aficionado­s, en su mayoría ya informados a través de las redes sociales del mal rato que su nuevo entrenador estaba pasando.

Gafas de sol en ristre y camiseta en mano, Víctor desató la algarabía cuando asomó por el túnel que da acceso al césped. Fotos, más sonrisas, infinidad de saludos y un derroche de zaragocism­o para desatar la locura colectiva cuando selló su declaració­n de amor con un sentido beso a ese escudo que él y su gente adoran. «Jamás devolveré al Real Zaragoza lo que me ha dado. Es imposible, por eso tengo que intentarlo como pueda y eso pasa por tratar de no equivocarm­e mucho», había dicho poco antes mientras se lo permitió la emoción. «Yo creo que lo vamos a conseguir sí o sí y vamos a dar alegrías y felicidad». Bandera y orgullo. Zaragocism­o en el Zaragoza. Sentimient­o de pertenenci­a.

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