Buen rollo para empezar
El primer entrenamiento de Víctor Fernández estuvo presidido por el ambiente distendido y el protagonismo del balón. «Queríamos que disfrutaran y eso ya lo hemos conseguido», subraya el técnico
El balón, como es norma en Víctor, fue el gran protagonista del primer entrenamiento de la cuarta etapa del técnico aragonés en el Real Zaragoza. Pero, más allá de ello, la sesión estuvo presidida por un ambiente distendido convertido en objetivo prioritario para el nuevo cuerpo técnico, esforzado, a través de ejercicios amenos, en comenzar a variar el semblante de unos jugadores que, lejos de la rigidez de días atrás, ya dejaron entrever sonrisas. Buen rollo.
Fue David Navarro, segundo de Víctor, el que llevo la voz cantante con los futbolistas, entre ellos, Francho Serrano, que, al igual que Bakis, se ejercitó con el grupo si bien posteriormente pasó a realizar trabajo individualizado pero siempre con balón. A escasos metros, la nutrida representación de la cantera, con Liso, Terrer, Juan Sebastián, Vaquero o Pau Sans dispuestos a dejar claro al nuevo entrenador que puede contar con ellos si los necesita.
Antes. Víctor, hecho un manojo de nervios según admitiría luego, se presentó a una plantilla que recibió un mensaje diáfano. «Les he dicho que no pretendo demostrar que soy mejor o peor que otros, ni voy a hacerles una exhibición de conocimientos, sino todo lo contrario. Les daré unas premisas básicas y herramientas que les pueden ayudar a mejorar», desveló ante los medios.
Y el primer objetivo se cumplió. Al menos, así lo asegura Víctor, que salió satisfecho de la jornada inaugural. «El entrenamiento ha sido muy bueno. De hecho, lo he tenido que acortar y ellos querían seguir porque se encontraban a gusto. Queríamos que disfrutaran y eso ya lo hemos conseguido», valoraba el aragonés.
Pero también hubo espacio para el abordaje de aspectos «técnico-tácticos» relacionados con «el posicionamiento y el estilo de juego». Y Víctor también salió «muy contento» de la recepción de sus futbolistas. «El entrenamiento me ha dejado convencido y con ganas de seguir mejorando y ganar al Espanyol», apuntó.
El contraste con las sesiones anteriores era enorme. Javi Suárez, que completará junto a Víctor y David Navarro un cuerpo técnico plenamente aragonés (Fernández se emocionó al hablar de «un grupo de trabajo que se quiere comer el mundo y me recuerda a mí»),
había dirigido el entrenamiento del lunes, presidido por las caras serias y las pocas palabras. Ayer, en cambio, los gestos eran más relajados y el ánimo mejorado. Víctor y los suyos habían ganado el primer partido, seguramente el más importante. «Que se olviden de la presión, que ya la tendré yo», asume el zaragozano.
La carrera ha comenzado. La siguiente etapa es hoy mismo, en el mismo escenario y a la misma hora. El destino del trayecto es construir otro Zaragoza. En ello está Víctor, convencido de que esta plantilla es mejor de lo que parece. «Esto depende de todos».