BonÀrea ampliará su base en Épila con una nave para piensos de mascotas
La nueva instalación conlleva una inversión de 6,9 millones de euros y la capacidad de producción llegará a las 60.000 toneladas al año en su primera fase
BonÀrea amplia su apuesta por Aragón e impulsará una nueva construcción en la plataforma de Épila. El gigante catalán de la producción de derivados de carne invertirá en su complejo en la localidad aragonesa 6,9 millones, con los que pretende crear una nueva nave, dedicada a la fabricación de piensos para mascotas. La ambiciosa medida llegará a producir 60.000 toneladas al año en su primera fase, unos datos que duplicará en la fase 2.
El Consejo de Gobierno aprobó ayer «con carácter directamente ejecutable» la ampliación de este nuevo proyecto de BonÀrea. Según explicó la portavoz del Ejecutivo autonómico, Mar Vaquero, esta ampliación es posible ya que se trata de «un trámite enmarcado en el Proyecto de Interés General de Aragón (PIGA)». En concreto, esta medida permite la sustitución del trámite ordinario de la licencia municipal. Esta acción permite que se agilicen los plazos y que la construcción de la nueva instalación se pueda comenzar antes.
Esta novedad en la plataforma de BonÀrea en Épila refuerza la idea de que la firma catalana aspira a convertirse en todo un referente productivo y logístico en la industria
alimentaria. Con la futura instalación de la fábrica de piensos para mascotas, la inversión total de la empresa en la zona ascenderá hasta los 400 millones de euros, con un impacto de unos 4.000 puestos de trabajo cuando esté a pleno rendimiento todo el complejo. El número de empleados que la fábrica de piensos llevará hasta el complejo no fue concretado ayer en la rueda de prensa del Ejecutivo.
La construcción de la fábrica de piensos anunciada ayer se suma a la tercera fase de la instalación del
complejo que BonÀrea tiene programada para Épila. Además del reciente anuncio, en esta última fase se llevarán a cabo la construcción de las oficinas, de otros dos mataderos y naves dedicadas a la trata de frutos secos, frutas y verduras, postres, líquidos y quesos.
En la primera, se procedió a la urbanización general de la parcela con la ejecución de las obras de los viales y la dotación de redes de infraestructuras necesarias, al tiempo que se realizó la construcción de diferentes instalaciones, tales como
una fase de la depuradora, una planta de GNL, un lavadero para camiones y unas galerías subterráneas, intercomunicadas entre sí para el transporte de productos entre los distintos edificios. En una segunda fase, se procede a la construcción de naves para la progresiva puesta en funcionamiento de las diferentes actividades alimentarias que se desarrollarán en el complejo: pan, productos sin gluten, elaborados cárnicos, matadero de pollos y cerdos, valorización de plásticos y talleres para vehículos.