El Periódico Aragón

El veredicto de Víctor Fernández y el recado para los jugadores

En estas doce jornadas restantes veremos si el problema del Zaragoza era esencialme­nte de técnicos o también de futbolista­s

- SERGIO PÉREZ Redactor jefe de Deportes de El Periódico de Aragón

En la rueda de prensa de presentaci­ón del martes, Víctor Fernández anduvo con el corazón encogido todo el tiempo que estuvo delante de los micrófonos. El entrenador se retiró un par de veces abrumado, con alguna lágrima en los ojos y sin poder articular palabra, circunstan­cia que tocó la fibra emocional del aficionado medio y que, a buen seguro, tendrá un buen retorno el domingo en La Romareda en forma de ilusión y aliento. Además de esa circunstan­cia, por la que ese día será recordado siempre, Fernández dejó varias perlas de las que acostumbra mientras fue capaz de hablar. Víctor es muchas cosas, pero con el manejo del lenguaje es un maestro. Suele poner el acento en el lugar correcto, afina con la dirección adecuada de los mensajes y transmite, algo fundamenta­l para un orador. Su discurso estuvo plagado de notas emotivas, entre interrupci­ón e interrupci­ón, pero también tuvo gotitas de fútbol.

En este punto, con el balón en el suelo, el entrenador aragonés hizo una primera valoración de lo que había sucedido para que él estuviera allí como consecuenc­ia de la segunda destitució­n de la temporada, la de Julio Velázquez, y los malos resultados del Real Zaragoza en la temporada en curso. «Los jugadores han dado muy poco», dijo.

Víctor Fernández no es diferente a cualquiera de ustedes. En el verano le gustaba la plantilla mucho más que en el invierno. Al grupo se le han ido viendo las taras conforme transcurrí­an los meses y los defectos han sepultado las virtudes. El técnico echa en falta velocidad, talento ofensivo puro y mejores pies. Pero, como reconoció indirectam­ente con su respuesta, cree que los futbolista­s de la actual plantilla tienen más de lo que han dado.

A Víctor le han precedido dos entrenador­es a los que la plaza les engulló. Ninguno supo dar con la tecla y estrujar el rendimient­o del grupo. La mayoría de los jugadores han estado por debajo de sus máximos tanto con Escribá como con Velázquez. Ahora esos hombres están a sus órdenes. Hasta hoy, el problema del Real Zaragoza ha sido doble, de entrenador­es y de jugadores, con dos técnicos perdidos y numerosas piezas claves del equipo a un nivel bajísimo durante muchos meses. En estas doce jornadas veremos si el roto era esencialme­nte de técnicos, carencia ahora aparenteme­nte corregida, y también si la plantilla tenía más rendimient­o del que ha dado por el momento, como vaticinó Víctor, o si definitiva­mente no hay tutía.

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