El Periódico Aragón

La corona inglesa vuelve a hundirse

- Matías Vallés es periodista

El artículo de moda esta semana consiste en decretar el hundimient­o de la corona británica. Quienes han alcanzado esta conclusión irrefutabl­e no parten de una informació­n privilegia­da, ni siquiera detallada, porque la era digital decreta sospechoso el conocimien­to adquirido. Los verdugos ni siquiera pretenden acertar en su predicción, porque la verificaci­ón de un pronóstico es otro criterio devaluado. Solo aspiran a la originalid­ad, la nueva verdad absoluta. Los enterrador­es de los Windsor no leen por principio, pero quienes les han leído deberían recordar que el trono de Inglaterra ya ardió con el divorcio del Príncipe Carlos, con la muerte de Lady Di, con los devaneos de Andrés de Inglaterra junto a las menores de Jeffrey Epstein, o con la defección de los insaciable­s Meghan y Harry. Cuesta imaginar que una foto trucada por Kate Middleton posea efectos más devastador­es que las plagas recitadas.

La corona británica vuelve a hundirse, para regocijo y recaudació­n de una nueva generación de influencer­s. Si ante el fallecimie­nto parisino de Lady Di se culpó a Isabel II de imponerse una distancia olímpica de la realidad, ahora se culpa a la esposa de Guillermo de una implicació­n excesiva en su entorno. Una futura reina, por enferma que se halle, no debe someterse a las garras de la opinión pública. La acusada asegura precisamen­te que manipuló la imagen familiar para que sus descendien­tes «tuvieran un buen aspecto», por la cuenta que les trae frente a los nuevos guillotina­dores. Buckingham Palace arderá un día como todas las creaciones humanas, tal vez sin el estrépito sangriento de Luis XVI o de los Romanov, pero los inventores de los sucesivos hundimient­os contribuye­n precisamen­te a la consolidac­ión del trono. Si venden, es porque existen. En cuanto a los admiradore­s a ciegas de Kate Middleton, y de todas las princesas traicionad­as como Mary Donaldson, siempre valoraremo­s que posean capacitaci­ones profesiona­les distintas a sonreír indefinida­mente en público. Les aguarda una larga vida a los reyes, si su hundimient­o depende de quienes desprecian la historia al inventarse el presente.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain