El sueño del ‘underground’
Alrededor de 5.000 personas acuden a la llamada de los raperos Natos y Waor que convierten el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza en una gran fiesta rimada con un ‘show’ extenso con un repertorio de casi 40 canciones
Llevaban cuatro meses sin pisar un escenario y, de repente, cuando las luces se fundieron a negro y aparecieron en escena, todo volvió a estar en hora como un reloj, las luces las rimas, los ritmos, los efectos especiales... y, cómo no, también el público. Natos y Waor congregaron ayer a alrededor de 5.000 personas en el Príncipe Felipe de Zaragoza pero, por encima de todo, convencieron.
Probablemente, ahora mismo, no tienen rival en el rap español a la hora de movilizar gente y tan seguida. Y la de Natos y Waor es una historia como la de tantos en el rap (y también en otros géneros). Surgidos desde los márgenes de la industria, el dúo se hizo un hueco rápidamente en el underground y, alejados de las radios comerciales, se han ido ganando un sitio cada vez más grande llegando (o estando ya muy cerca) del mainstream. ¿Qué significa eso? Pues, probablemente, en la vorágine de este mundo cambiante en el siglo XXI, puede que no mucho, pero puede que sí. Los temas de Natos y Waor siguen siendo punzantes, con puñales volando en los que reivindican de dónde vienen y no entran en las batallas cuerpo a cuerpo tan habituales en otros raperos. No lo necesitan. Ni eso ni traicionar sus principios.
Canciones directas
Y buena prueba de todo esto fue el concierto de anoche en el Príncipe Felipe. Un show donde sonaron cerca de 40 canciones (no todas ellas enteras) entre las que no faltaron auténticos himnos (iba a decir generacionales, pero no lo sé viendo lo variado de su público) para los espectadores como Hasta que salga el sol, Generación perdida, Malo, Nosotros, Volver a nacer, Mal de amores, Por ti, Tenías razón y, por supuesto, Más alcohol, Platos rotos, Gato de callejón, Bicho raro... Es decir, Natos y Waor, con diez discos a las espaldas, que se dice pronto, firmaron un set list
con propuestas para todos entre las que no faltaron siete de los ocho temas de su último trabajo, Mal de amores, publicado el pasado mes de febrero. Por cierto, otro dato, esas canciones también fueron coreadas por el público.
Está claro que Natos y Waor han abandonado el underground
al menos en cuanto a penetración popular y han entrado con total merecimiento en la historia del rap pongámosles el adjetivo que queramos.
En el pabellón Príncipe Felipe (poco más de un año después de haber actuado ya en Zaragoza, en otro gran escenario como el Espacio Zity de Valdespartera)
sellaron un concierto de aproximadamente dos horas de duración que, como no podía ser de otra manera, hasta supo a poco a sus fans más acérrimos y que tuvo momentos de enorme brillantez vocal y espiritual.
La gira de Natos y Waor, su tour más ambicioso hasta la fecha, terminará en octubre en el
WiZink de Madrid con todas las entradas agotadas. Será el punto y seguido de un dúo que apunta a lo más alto y que tiene la capacidad para seguir creando letras que puede corear un adolescente y una persona de mediana edad. ¿No es ese el sueño de cualquier artista que surge del