Sánchez vuelve a «hacer de la necesidad virtud» pese a perder los Presupuestos
Los socialistas creen que el adelanto electoral en Cataluña trae varias ventajas El líder del PSOE defiende que el independentismo tiene menos respaldo por su política de diálogo y la ley de amnistía
El pasado 28 de octubre, un mes después de que Alberto Núñez Feijóo fracasara en su intento de investidura, Pedro Sánchez reunió a los más de 200 miembros del Comité Federal del PSOE y les dijo una frase que resume buena parte de su trayectoria al frente de la Moncloa. «Hay que hacer de la necesidad virtud», señaló. El presidente del Gobierno hablaba de la amnistía del procés, una iniciativa que pasaba a abrazar tras sostener hasta entonces que era inconstitucional. De cómo la medida de gracia era necesaria para lograr el apoyo de ERC y Junts e impedir así un Ejecutivo del PP y Vox, pero también suponía una oportunidad para el «reencuentro total» en Cataluña. Casi cinco meses después, ya reelegido como jefe del Ejecutivo, Sánchez, un dirigente acostumbrado a adaptarse y cambiar de posición ante una realidad política tan líquida como la española, intenta volver «hacer de la necesidad virtud».
El veto de los Comunes a las cuentas públicas catalanas pactadas por ERC y el PSC llevó el pasado miércoles a que el presidente Pere Aragonès anunciara el fin de su legislatura, con elecciones anticipadas el 12 de mayo. Sánchez reaccionó al imprevisto movimiento renunciando a los Presupuestos al concluir que ni ERC ni Junts estarían por la labor de pactar cuando hay comicios a la vuelta de la esquina. Sus colaboradores más estrechos, mientras tanto, cargaban contra la compañera de coalición, Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda, por haber sido «incapaz» de «controlar» su espacio en Cataluña.
Fueron momentos de mucha tensión. Ahora, sin embargo, el entorno del jefe del Ejecutivo, que hasta hace unos días no paraba de insistir en la importancia de aprobar las cuentas estatales de este año, asegura que no pasa nada por prorrogar las del anterior. A pesar del riesgo que la convocatoria autonómica del 12 de mayo encierra para Sánchez, los socialistas consideran
que también trae consigo varias ventajas. Son estas.
REIVINDICAR LA AMNISTÍA.
Frente a los reproches de la derecha, que retrata al jefe del Ejecutivo como un «rehén» de Junqueras y Puigdemont, Sánchez asegura que su política en Cataluña (indultos, reformas del Código Penal, mesa de diálogo con el Govern y ley de amnistía) está provocando que el independentismo tenga cada vez menos respaldo. La hipotética llegada a la Generalitat del socialista Salvador Illa, que va primero en las encuestas y ya fue el más votado en 2021, supondría la prueba definitiva de que su tesis no va desencaminada.
Paradójicamente, si el líder del PSC se convierte en presidente, Sánchez tendría nuevos motivos de preocupación: un resultado así podría provocar que ERC y Junts se replantearan su colaboración con el Gobierno central. Pero en la Moncloa dicen estar tranquilos, porque la única alternativa al PSOE y Sumar la representan el PP y Vox.
CALENDARIO MÁS AJUSTADO.
La cita con las urnas en Cataluña siempre ha sido vista por el PSOE como una espada de Damocles: el acontecimiento que podría tambalear la legislatura. Esa sensación no ha cambiado. Pero el anticipo de Aragonès, señalan en la dirección socialista, permite «aclarar las cosas» con mayor rapidez. Tras los comicios vascos del 21 de abril, los catalanes del 12 de mayo y los europeos del 9 de junio, se abrirá en España un periodo de en torno a dos años de sequía electoral, hasta las convocatorias en Castilla y León y Andalucía. La Moncloa confía en que entonces pueda gobernar con la tranquilidad que ahora no tiene. Para empezar, aprobando los Presupuestos del año que viene. Pero ahora es solo un deseo.
EL CONTRASTE CON EL PP.
Las elecciones gallegas fueron un mazazo para el PSOE que cosechó su peor resultado histórico, mientras que el PP revalidó su mayoría absoluta, alentando la idea de un cambio de ciclo. Pero las nuevas citas con las urnas pintan peor para Feijóo. Los populares ocupan un papel residual tanto en Euskadi como en Cataluña, donde en los anteriores comicios fueron quinta y sexta fuerza, respectivamente. Los socialistas, en cambio, dan por hecho que revalidarán su coalición con el PNV en el primer territorio (como socios minoritarios, porque nadie espera que vayan más allá de su actual tercer lugar) y aspiran a gobernar el segundo gracias al empuje de Illa.
COLCHÓN ANTE LAS EUROPEAS.
La convocatoria para elegir a los 61 diputados españoles en la Eurocámara no se prefigura como una gran oportunidad para los socialistas. Se trata de unos comicios extraños, de circunscripción única, donde la participación suele ser baja y el voto de castigo alto. A diferencia de lo que ocurre en Euskadi y Cataluña, donde la inmensa mayoría de la población respalda la amnistía, el PSOE da claras muestras de desgaste en el resto de España. Los colaboradores de Sánchez temen que el PP obtenga una clara victoria.