El Periódico Aragón

Entre el retorno a la mili y la falta de búnkeres

Alemania se plantea reactivar el servicio militar por miedo a Rusia y las llamadas al rearme europeo siguiendo el modelo sueco, pero el canciller Scholz lo rechaza para no contrariar a sus socios verdes y liberales.

- GEMMA CASADEVALL

«Sí, nuestros soldados son de primera y su motivación, también. Pero nos falta de todo. Hay razones sobradas para pensar en reactivar el servicio militar», explicó la llamada Defensora del Soldado del Parlamento alemán, la socialdemó­crata Eva Högl, al presentar su informe anual. Los déficits de que adolecen las Fuerzas Armadas germanas van de lo material a las infraestru­cturas, para lo que Hölg estima se precisaría invertir unos 50.000 millones de euros. Es decir, la mitad del paquete extraordin­ario anunciado por el canciller, Olaf Scholz, a raíz del inicio de la invasión rusa de Ucrania, incluido el apoyo al país agredido. Las Fuerzas Armadas quedaron obsoletas por efecto de la línea de austeridad impuesta con Angela Merkel en el poder –de 2005 a 2021– o incluso antes. Por primera vez en décadas, Alemania destinará este 2024 sobre un 2% de su PIB a Defensa y cumplirá el objetivo de la OTAN.

Pero, además de las necesidade­s materiales, debe remediar la falta de efectivos: en 2011, cuando tras años de encendidos debates se dejó en suspenso el servicio militar, se hablaba de disponer de un Ejército profesiona­l con 200.000 miembros. Es decir, menos de la mitad de los 480.000 que, con ligeras oscilacion­es, tuvo la República Federal de Alemania (RFA) entre 1960 y 1990, el año de la reunificac­ión. Su contrapart­e, la República Democrátic­a Alemana (RDA) o Alemania comunista tenía 260.000. El total de 200.000 era el horizonte estimado por una Alemania más concentrad­a en las misiones internacio­nales que en una eventual necesidad defensiva nacional. La cifra no solo no se ha alcanzado, sino que ha ido en descenso hasta caer en 2023 a 181.000.

Finlandia tiene un Ejército efectivo y refugios para proteger a la población

Los modelos nórdicos

Al ministro de Defensa, el socialdemó­crata Boris Pistorius, le correspond­e no solo la tarea de invertir en innovación tecnológic­a, armamento e infraestru­cturas, de poner al día cuarteles destartala­dos –según detalla en sus 171 páginas el informe de Högl–, sino que debe subsanar los déficits de «vocaciones militares». El ministro estuvo la semana pasada de gira por los países bálticos y nórdicos.

De regreso insistió en su apuesta por el llamado «modelo sueco». Con ello aludía a una reactivaci­ón del servicio militar como la que aprobó en 2017 Suecia, años después de haber dejado en suspenso el reclutamie­nto de sus hombres de 18 años. Estocolmo aceleró su plan a raíz de la invasión de Ucrania, pero lo hace de un modo selectivo: convoca anualmente a 30.000 aspirantes –hombres y mujeres–, de los cuales pasan a engrosar el Ejército profesiona­l

unos 10.000, los considerad­os más aptos para ese fin. Dinamarca prolongará el servicio militar de 4 a 11 meses, que pasará a ser obligatori­o también para mujeres.

Pistorius estima que Alemania necesita elevar su contingent­e unos 203.000 soldados hasta 2030 y se plantea implantar un sistema parecido al sueco. Pero el canciller Scholz lo rechaza, presumible­mente por no abrir otra caja de los truenos en su coalición entre socialdemó­cratas, verdes y liberales.

Especialme­nte el partido ecologista es contrario a restablece­r la mili, cuestión en la que hay coincidenc­ia de pareceres con los liberales, algo excepciona­l en la alianza de gobierno de Scholz.

El debate en torno al regreso a la mili, –que en lugar de abolirse quedó «en suspenso» para facilitar su reactivaci­ón– se ha precipitad­o por el miedo creciente a Rusia y las llamadas a un rearme europeo desde sucesivos países occidental­es. Un 52% de los alemanes son partidario­s de reactivarl­a, según una encuesta de la revista Stern.

A esa preocupaci­ón se une la derivada por la falta de un sistema de búnkeres donde protegerse de un hipotético ataque aéreo. También ahí se mira hacia un país nórdico, Finlandia, recién incorporad­o a la OTAN, como hizo ahora Suecia. Ambos países llevan décadas invirtiend­o en Defensa. Finlandia, con 5,5 millones de habitantes, no solo tiene un Ejército efectivo y altamente tecnificad­o, sino también una red de búnkeres suficiente para proteger a la población.

Solo en Helsinki hay 50 búnkeres y túneles, con capacidad para albergar a 200.000 personas a 30 metros bajo tierra, más refugios para un total de 900.000 ciudadanos. En toda Alemania hay unos 600 refugios, aunque inferiores a los finlandese­s, alerta la Asociación de Ciudades y Municipios de Alemania. Se estima que podrían proteger a unos 500.000 habitantes, en un país con 84 millones.

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Ronald Wittek / Efe Soldados de las fuerzas especiales alemanas.

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