UN RETO QUE «NO ES COSA DE UN DÍA»
Solo alrededor del 15% de los hábitats de la Unión Europea están en buenas condiciones actualmente. Así lo afirma Jordi Cortina Segarra, catedrático de la Universidad de Alicante y uno de los impulsores de la Ley de Restauración de la Naturaleza desde el ámbito científico. Este porcentaje da una idea del reto abrumador que tiene ante sí la Unión para arreglar el estropicio causado durante décadas sobre el territorio en que habitamos y del que dependemos.
«La restauración no es cosa de un día; necesita un plazo», afirma Cortina en declaraciones a Efe Verde, para destacar la ambición del texto aprobado.
Sobre el rechazo que la ley ha provocado en un sector del mundo agrario, el experto señala que el enemigo de la agricultura es el cambio climático o la pérdida de biodiversidad (como el declive de los polinizadores), fenómenos que precisamente el nuevo reglamento prevé combatir.
Inversiones y beneficios
Pero para restaurar la naturaleza hace falta dinero y, precisamente, una de las fortalezas de la nueva ley, según Cortina, es que facilitará «una inversión sustancial» para acometer la restauración prevista. Solo reparar los hábitats del Anexo 1 de la Directiva de Hábitats podría costar unos 140.000 millones de euros. Sin embargo, analizando lo que ello supondría para cada ciudadano, «se trata de cifras muy bajas». «A los españoles nos cuesta menos de 50 euros por persona», aseguró. Además, la relación coste-beneficio es de 1 a 8, según el catedrático. «Lo que nos cuesta un euro invertido en restauración nos va a proporcionar un retorno de ocho euros en términos de fijación de carbono, mejora microclimático, turismo o producción agrícola», señala.