Las familias podrán elegir plaza escolar con zona única del 24 al 30 de abril
Educación mantiene que se refuerza «la libertad de elección», primando la proximidad al domicilio familiar o laboral a una distancia de menos de 1 o 4 kilómetros El decreto no convence a la comunidad educativa
«Somos conscientes de que el proceso de escolarización genera nerviosismo y preocupación, por eso queremos transmitir un mensaje de tranquilidad». Así comenzó la consejera de Educación del Gobierno de Aragón, Claudia Pérez Forniés, la presentación del proceso de escolarización del próximo curso 20242025. Las solicitudes se harán de forma telemática del 24 al 30 de abril en educa.aragon.es/admision; el sorteo en caso de empate el 15 de mayo y la matriculación en junio. Tras muchos años, el próximo curso aumentarán los niños de 3 años que comenzarán el segundo grado de Infantil: 386 más, 9.463 en total.
El decreto se está aún ultimando y se aprobará en los próximos días una nueva orden. Las principales novedades que se incluirán son la inclusión en el proceso de las escuelas de 0 a 3 años, las aulas de 2 años y la admisión de la ESO (queda fuera la FP que «tendrá una normativa propia»). Y sobre todo, la que más ampollas ha levantado entre parte de la comunidad educativa, se crea la zona única de escolarización, de forma que desaparecen las antiguas zonas, lo que servirá para «reforzar la libertad de las familias». Este sistema es «más justo porque las zonas eran artificiales», justificó la consejera.
No obstante se seguirá primando la proximidad al domicilio, aunque se podrá elegir entre el familiar o el laboral. El primero puntuará con 10 puntos y el segundo, 9. Se crean dos anillos, uno de 1 kilómetro y otro de 4 en Zaragoza, dado su tamaño y su población. De esta forma se darán más puntos (4) a aquellas familias que tengan su domicilio a un kilómetro o menos del primer centro escogido; o 3 si la distancia es de entre 1 a 4 kilómetros. Utebo, Pastriz y Villamayor se consideran parte del mismo municipio de Zaragoza. Esto, según el director general de Planificación, Centros y FP del Gobierno de Aragón, Luis Mallada, evita las «desigualdades» de años anteriores, ya que, por ejemplo, los de una zona «tenían más posibilidades de elección que
los de otra» por tener diferente tamaño; y una familia que estaba a 100 metros de un centro podía no tener preferencia porque pertenecía a otra zona. «Este decreto mejora lo que había», aseguró.
En el caso de Huesca por sus «circunstancias especiales», el anillo será de un kilómetro, pero se mantendrán las áreas de influencia. En Teruel, de 1 kilómetro. Las cabeceras de comarca, como Calatayud o Ejea, serán espacio único.
En cuanto a la baremación, se ha pasado de 30 a 50 puntos. Y se primará que uno o varios hermanos estén matriculados en el centro, con 15 puntos (el proceso además se podrá hacer conjunto); la proximidad del domicilio (10), al lugar de trabajo (9), si la proximidad lineal es de 1 kilómetro o menos (4) o más de 1 y menos de 4 (3) y la discapacidad del alumno, progenitores o hermanos, que antes era 1 punto ahora serán 2.
Se mantienen de renta (5), y de prog enitores que trabajen en el centro.
En el caso de que se necesite sorteo y desempate, se primará los de mayor puntuación en el apartado de hermanos matriculados en el centro y en proximidad lineal para facilitar la socialización de los pequeños. Y si no se consigue plaza, los padres tendrán la posibilidad de elegir entre varias opciones, en lugar de como hasta ahora, que era la más cercana.
Este proceso ha sido uno de los más polémicos de los últimos años. De hecho, la comunidad educativa aportó más de 680 alegaciones, de las que se han atendido un tercio. Entre las admitidas, se «baja la ratio en las once escuelas infantiles que pertenecen al Gobierno de Aragón». De 0-1 año se queda en 7 alumnos; de 1-2 años, en 12; y de 23 en 18. En el resto, se quedan igual, por lo que «se podrá aumentar la ratio como ya se hacía en procesos anteriores en los barrios con mayor presión demográfica».
Fapar (la asociación de padres de la escuela pública), partidos políticos de la izquierda, y sindicatos educativos se mostraron en contra de este proceso, que, señalan, no da «mayor libertad de elección de las familias». Solo desde Fecaparagon (la asociación de padres de la escuela concertada) se mostraron a favor y reivindicaron que se bareme igual la cercanía al domicilio y al lugar de trabajo, lo que sí dará «mayor libertad». Fapar mostró su preocupación por la «ambigüedad» de la planificación de las ratios porque puede provocar «desequilibrios entre centros».
En cuanto a los sindicatos mayoritarios CSIF exigió que se mantenga un «reparto equilibrado» de los alumnos con necesidades educativas especiales y aulas en centros públicos en zonas con menos natalidad «en vez de aumentar aulas en la concertada». Y CGT criticó que «va a aumentar el riesgo de guetificación de los centros educativos sitos en los barrios más desfavorecidos». El PSOE anunció que cambiará la zona única cuando regrese al Ejecutivo.