La autopsia confirma el envenenamiento de las niñas de Almería
Tanto las menores como su padre fallecieron por un pesticida. El asesino chantajeó a la madre para que se saltase las órdenes de protección.
Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) dieron a conocer este martes el informe preliminar de las autopsias realizadas al padre y a las dos niñas que aparecieron sin vida en un cortijo del término de Alboloduy (Almería), confirmando que las muertes se deben a una intoxicación por pesticida.
La muerte de las dos menores se produjo aproximadamente a las 9.30 de la mañana, reza el comunicado, mientras que la del padre tuvo lugar poco antes de las doce de la noche. Cuando la comisión judicial y los servicios de emergencia sanitarios acudieron al lugar de los hechos, el padre aún se encontraba con vida, pero falleció al poco tiempo.
Por el momento, la causa permanece en el Juzgado de Instrucción número 6 de Almería, que es el que se encontraba de guardia y el que llevó a cabo el levantamiento de los cadáveres, pero se inhibirá posteriormente al Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Almería.
Esas mismas fuentes del TSJA también habían informado que el progenitor debía acudir el próximo 10 de abril al Juzgado de Violencia de la Mujer de Almería por una denuncia por violencia de género.
Debido a los malos tratos, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer había dictado una orden de alejamiento respecto de su pareja de 500 metros y había ordenado la colocación de una pulsera de seguridad al presunto agresor para evitar el contacto con su pareja.
En varias ocasiones, la mujer se negó a denunciar a su pareja y solicitó el levantamiento de las medidas cautelares. Sin embargo, el Juzgado continuó con la causa a petición de la Fiscalía. A raíz de la denuncia penal, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Almería instó un proceso civil sobre la guardia y custodia de los menores, el régimen de visitas y la cuantía de la pensión que debía abonar a la madre para el sustento de las hijas.
Colecta solidaria
El caso de Alina, la madre de las niñas asesinadas, es el ejemplo de libro de la máxima vulnerabilidad a la que se enfrentan las víctimas de violencia de género. Con tan sólo 23 años, esta mujer fue víctima de malos tratos con una brutalidad sádica por parte de su marido, según
todas las fuentes consultadas por este medio. Fue acogida en 2022 en el sistema de protección de la Junta de Andalucía y, por último, fue víctima de nuevo del chantaje de su agresor.
Para conseguir sacar a sus hijas de España y regresar a Rumanía, su país, Alina accedió a abandonar la casa de acogida en la que vivía en Granada y, con ello, ignorar todos los avisos y alertas dadas por las instancias judiciales y de protección.
A falta de conocer todos los detalles
de investigación, lo que tenemos es una descripción del perfil de esta víctima de la peor de las violencias machistas, la violencia vicaria: Alina es una mujer maltratada, vulnerable y sin recursos económicos, que por último residía junto a sus hijas en el pueblo de Abla, en Almería, municipio que ha decretado tres días de luto.
El municipio almeriense de Abla ha organizado una colecta con la que recaudar fondos para sufragar el sepelio de las pequeñas, que tendrá lugar en el propio municipio.