Aragonès condiciona el apoyo a Sánchez a la financiación de Cataluña
El Gobierno tacha de electoralista el plan del Ejecutivo catalán aunque muestra voluntad negociadora en un marco multilateral
Pere Aragonès no otorga excesivo recorrido al portazo del Gobierno a su propuesta de financiación «singular» en Cataluña. Primero, porque los argumentos del Ejecutivo central para rechazar esta iniciativa, que según el presidente de la Generalitat incluyen las palabras «imposible» e «inconstitucional», son los mismos que los socialistas emplearon en un primer momento ante medidas que ahora son una realidad: de los indultos a la mesa de diálogo, pasando por la derogación del delito de sedición y la reciente ley de amnistía. Y después,
porque es Pedro Sánchez el que necesita a ERC. No al revés. «Tenemos que aprovechar nuestra actual capacidad de influencia», señaló ayer Aragonès, condicionando la legislatura española a los avances en este campo. «Debe ser una cuestión central», subrayó.
Un día después de la presentación en Barcelona de su modelo para que Cataluña gestione todos los impuestos que genere, siguiendo el modelo de Euskadi y Navarra, Aragonès acudió a Madrid a dar cuenta de su propuesta. Se trata, explicó, de una etapa más en el camino hacia la «normalización política», cuyo destino debe ser un referéndum vinculante sobre la independencia. «Pero paso a
paso», dijo el president durante una conferencia organizada por la agencia Europa Press.
El Gobierno, por su parte, rebaja el choque con ERC a cuenta de la financiación «singular» que reclama el Govern, como una suerte de cupo catalán. Ni siquiera le otorga mucho crédito al considerar que se trata de una posición de máximos por el contexto electoral. La propuesta tiene tintes de inconstitucional, según fuentes de Moncloa, aunque en público tratan de hacer equilibrios para no entrar en el terreno de la confrontación. Los colaboradores de Sánchez entienden que busca escenificar un choque no tanto con el Ejecutivo sino con el candidato Salvador Illa.