Las procesiones llenan de fervor y tradición las calles de Aragón
La Ruta del Tambor y Bombo y Zaragoza son los puntos neurálgicos de la celebración de la Pasión en la comunidad En 26 localidades la Semana Santa está reconocida como Fiesta de Interés Turístico Nacional
Aragón es uno de los mejores lugares de España para vivir y disfrutar de la Semana Santa, con una gran cantidad de actos y manifestaciones que gozan de prestigio internacional. Un ejemplo es la Ruta de Tambor y Bombo del Bajo Aragón, declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, que es también Fiesta de Interés Turístico Internacional, igual que la Semana Santa de Zaragoza. A estas dos hay que sumar las 26 localidades cuya Semana Santa tiene la distinción de Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Si hay un momento que describe la emoción que despierta la Semana Santa en Aragón, este es sin duda la rompida de la hora de la Ruta del Tambor y Bombo del Bajo Aragón, que se celebra la medianoche del Jueves Santo en Albalate del Arzobispo, Alcorisa, Andorra, Híjar, La Puebla de Híjar, Samper de Calanda y Urrea de Gaén, y a las 12 del mediodía del Viernes Santo en Calanda. Se trata de una de esas experiencias únicas que hay que vivir al menos una vez en la vida, en la que miles de tambores y bombos retumban al unísono produciendo un sonido estremecedor, característico de la Semana Santa en Aragón.
En Alcañiz, municipio que también forma parte de la ruta, no se rompe la hora como tal, pero el intenso azul de sus túnicas y terceroles se convierte en su seña de identidad estos días. No hay que perderse la procesión del pregón, el día de Viernes Santo a las 13.00 horas, la del Santo Entierro, el Sábado Santo a las 16.00 horas, y la de las Palometas, el Domingo de Resurrección a las 13.00 horas.
El Viernes Santo a las 5 de la tarde se representa el Drama de la Cruz de Alcorisa en el escenario natural del Monte Calvario. Una recreación de la Pasión y Muerte de Jesús en la que participan más de 300 actores, reviviendo con gran realismo los últimos días de la vida de Jesús.
Los sonidos de bombos, tambores, matracas y carraclas del Bajo Aragón se extienden también a la Semana Santa de Zaragoza. Uno de los actos más importantes es la procesión del Santo Entierro, en la que participan todas las cofradías y hermandades de la ciudad. Esta se celebra la noche de Viernes Santo y tiene la mayor concentración de tambores y bombos de toda España.
Aragón cuenta con otras citas de gran interés para los amantes de las procesiones y los actos religiosos. La Semana Santa de Teruel y Barbastro cuenta con el reconocimiento de Fiesta de Interés Turístico Nacional y otras trece localidades, entre ellas Huesca, Calatayud, Tarazona, Caspe, Jaca o Valderrobres, a nivel regional.
En la localidad oscense de Ayerbe se recrea la noche de Jueves Santo el auto sacramental de la Enclavación. Una representación cargada de dramatismo y solemnidad en la que, en profundo silencio, se revive el momento de la flagelación, la enclavación en la cruz y la muerte de Cristo.
También en Huesca se desarrolla la representación de La Pasión en el Teatro Salesiano de Huesca. Con más de 70 años de antigüedad, es uno de los actos más tradicionales de la Semana Santa de Aragón y se representa a lo largo de tres fines de semana. Una puesta en escena en la que 150 actores y actrices reviven los últimos días de la vida de Cristo.
La procesión del Santo Entierro de Huesca, en la que salen todas las cofradías de la ciudad y 19 conjuntos escultóricos, se celebra la tarde de Viernes Santo a las 19.00 horas y es uno de los momentos más majestuosos de la Semana Santa oscense.
En Tarazona destacan la escenificación del Vía Crucis, el Viernes Santo a las 12 del mediodía y el acto del Descendimiento, esa misma tarde a las 18.00 horas, dos escenas impresionantes cargadas de sentimiento.
La procesión del Santo Entierro de Calatayud es también una de las más antiguas de España, con la participación de más de 4.500 personas y 24 pasos procesionales. Al acabar su recorrido, en la plaza de España, se celebra desde el siglo XV el auto sacramental del Entierro de Cristo, uno de los momentos más esperados por los bilbilitanos.