La primera huelga de la banca en 30 años logra un apoyo del 78% en Aragón
Los trabajadores claman por un alza salarial real y la patronal AEB rebaja el seguimiento al 25%
No vivía el sector bancario una convocatoria de huelga total en sus oficinas desde principios de los años 90, pero el frenazo de las negociaciones para un nuevo convenio colectivo para el próximo trienio y la pérdida de poder adquisitivo han abocado a los trabajadores a un paro inédito este siglo en el sector financiero. Ayer, cientos de empleados secundaron los paros en Zaragoza en una jornada que los sindicatos CCOO, UGT y FINE calificaron de «histórica». La representación de los mil trabajadores del sector en Aragón cifró el seguimiento de la huelga en Aragón en un 78% y en un 90% el cierre de oficinas, similar al dato nacional.
La patronal AEB (Asociación Española Bancaria), que representa a entidades como Santander, BBVA, Sabadell o Deutsche Bank, rebajó el apoyo al 25%. Los sindicatos cumplieron así la amenaza de huelga con la intención de desbloquear las negociaciones por un convenio colectivo en conflicto tras registrar las entidades bancarias los mayores beneficios de su historia con un agregado neto que alcanza los 26.373 millones de euros en 2023.
Las centrales sindicales buscan revertir la pérdida de poder adquisitivo y exigen una subida salarial que ronda el 17% a tres años. Además, reclaman que sea un incremento «efectivo y no ficticio», pues aducen que las últimas ocasiones en las que han logrado alzas salariales a tablas estas han quedado absorbidas por complementos personales. También denuncian las condiciones de estrés y riesgos psicolaborales derivados de las «elevadas cargas de trabajo» por la falta de dotación
de efectivos en las plantillas.
En una reunión celebrada el pasado jueves, la patronal y la representación sindical trataron de frenar el conflicto in extremis. La negociación se cerró sin acuerdo y con la representación de los trabajadores manteniendo el pulso a la banca para ayer. El conflicto laboral no se circunscribe a las entidades fundadas a partir de las antiguas cajas de ahorros representadas por CECA (entre ellas Ibercaja o La Caixa) ni tampoco a las cooperativas de crédito como Caja Rural de Aragón, pues sus respectivas patronales y sindicatos cerraron la semana pasada un preacuerdo que garantiza a las plantillas del sector una subida salarial del 11,4% en tres años.
«Ya empezamos hace dos años con movilizaciones en el sector por los expedientes de regulación de empleo y hoy reivindicamos un convenio colectivo justo igual que nuestros compañeros. El acuerdo está totalmente congelado. No hay incrementos salariales reales porque el 80% de la plantilla no se beneficiaría de ellos dado que quieren absorber los complementos, por lo que los compañeros de banca tenemos el salario congelado desde hace décadas», explicó ayer Ana Isabel Onecha, responsable de CCOO en BBVA Aragón. Añadió Onecha que ese porcentaje de la plantilla con complementos «va creciendo año tras año», dado que juegan «a
la zanahoria y el palo» al introducir complementos para absorberlos en un futuro.
Carmelo Marín, delegado sindical de FINE en el Banco Santander en Aragón, elevaba el calificativo de la movilización a «histórica y novedosa». «Llevo 33 años trabajando en la banca y es la primera vez que convocamos y secundamos una huelga. Llevamos muchos años desde la crisis financiera y más tarde con la pandemia perdiendo poder adquisitivo con cargas de trabajo brutales, cierre de oficinas y reducciones de plantilla. Con los beneficios que está dando la banca, solicitamos lo que es justo: que nos llegue a todos una subida de salario acorde a los beneficios y al poder adquisitivo que hemos perdido», señala Marín, que también insiste en el hecho de la absorción de los complementos, una «subida ficticia de los salarios».
Las plantillas de BBVA, Santander, Sabadell, Deutsche o Abanca negocian ahora su convenio