30 años de pura dedicación
La Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos cuenta con varios centros de trabajo que luchan por preservar la especie en la península. La entidad hace un balance positivo. Su secretario explica que Aragón es «la comunidad de España con más ejempl
En peligro de extinción. Esta es la etiqueta que ha acompañado durante mucho tiempo al quebrantahuesos, una de las aves más amenazadas de Europa. Desde hace muchos años, algunos países europeos luchan contra ello. En el caso de España, la encargada de hacerlo es la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ), una oenegé que, tal y como cuenta Juan Antonio Gil, su actual secretario, «ha tenido mucho éxito».
La Fundación nació en 1995 con un objetivo claro: «La idea era consolidar y promover proyectos para fomentar la conservación de la biodiversidad pirenaica donde habita el quebrantahuesos». Esta ave, según relata la FCQ en su página web, «no puede desarrollarse de forma ajena a los intereses sociales existentes en las montañas donde habita». Por eso, con el paso del tiempo, la Fundación «ha ido diversificando su actividad», explica Gil. Ahora cuenta también con otras líneas de trabajo como la promoción del desarrollo rural o la investigación científica y la pedagogía medioambiental, ambas enfocadas, en palabras del secretario, «en la conservación de la biodiversidad».
A lo largo de los casi treinta años que lleva de trabajo, la Fundación ha conseguido realizar una gran recuperación del quebrantahuesos: de 38 parejas reproductoras a las 90 que hay en la actualidad. Los primeros proyectos que llevaron a cabo fueron, tal y como relata Gil, «en el Pirineo aragonés» y, luego, en los Picos de Europa. En estos se ha pasado «de haber cero a haber cuatro parejas», cuenta Gil. En este momento ponen el foco en el Sistema Ibérico de Teruel donde, según expresa el secretario, «es algo más complicado debido a los parques eólicos», que impiden la supervivencia de la especie en la zona y que obligaron a paralizar el proyecto de reintroducción en el Maestrazgo.
Este progreso ha llevado a que, en la actualidad, y según indica Gil, Aragón sea «la comunidad de toda España con más ejemplares de
quebrantahuesos», a lo que añade que «incluso puede ser la que más tiene de toda Europa». El secretario relata que «además de las parejas, hay otros ejemplares no reproductores». En total, dice Gil, «el número es de 400 o 500». Para conseguirlo, la Fundación cuenta con el Centro de Rescate y Cría en Aislamiento Humano (CRIAH), ubicado en La Alfranca, y con la Estación Biológica Monte Perdido, en Huesca. Después de pasar por ambas estancias, las crías son puestas en libertad.
El origen de la FCQ está en un grupo de cuatro aragoneses que, en palabras de Gil, realizaron «una apuesta fuerte». Cuando comenzaron, rememora el secretario, «la Administración no disponía ni de medios técnicos ni personales», algo que, sumado a la extrañeza de crear una fundación en aquella época, hizo de sus inicios una etapa complicada. Gil lo explica: «Optamos por crear una oenegé privada dedicada a la conservación de la biodiversidad, y eso no era algo normal».
Sin embargo, la lucha por la conservación del quebrantahuesos ha dado sus frutos. Quienes lo originaron son los mismos que hoy componen el patronato de la FCQ: Óscar Díez, el actual presidente; Gerardo Báguena, el vicepresidente; Juan Antonio Gil, el secretario, y Ramón Antor, el vocal. «Ahora somos veinte personas en plantilla, y luego están los voluntarios y socios -dice Gil-». También hay muchas entidades comprometidas que colaboran con la Fundación». Gil expresa que «se ha de destacar el papel ejercido por el Gobierno de Aragón», y que «ha cedido pollos a otras comunidades autónomas de forma gratuita».
«La recuperación de esta ave es un proceso largo y costoso desde el punto de vista del compromiso tanto personal como económico», cuenta Gil. A ello añade que «implica mucha dedicación» y que «las recuperaciones son muy lentas». Según explica el secretario, el quebrantahuesos «tarda 10 años en reproducirse y, además, hasta que no han crecido un poco no se puede hablar de una población estable». El objetivo es llegar a los 1.000 ejemplares, cifra en la que, según comenta Gil, dejaría de considerarse una especie en riesgo de desaparición.
Sin embargo, desde la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos hacen un balance muy positivo de todos estos años: «Hemos duplicado la población de quebrantahuesos desde que comenzamos». Con este éxito como base, esta ave rapaz está un paso más cerca de quitarse el apellido «en extinción».
«La recuperación de esta ave es un proceso largo y costoso desde el punto de vista del compromiso tanto personal como económico»
«Hemos duplicado la población de quebrantahuesos desde que comenzamos»
JUAN ANTONIO GIL SECRETARIO DE LA FUNDACIÓN