La brecha digital limita diariamente a un 22% de la población aragonesa
El uso de las nuevas tecnologías y la constante actualización de las ‘app’ móviles son algunas de las grandes preocupaciones de los mayores en la comunidad
El siglo XXI se caracteriza por ser el del avance y expansión de la tecnología. La innovación avanza a un ritmo vertiginoso, con pasos de gigante que no todos pueden seguir. Y, entre tanto cambio, los grandes perjudicados son los mayores, quienes se enfrentan en su día a día a la batalla tecnológica de la nueva era. La brecha digital es un problema que afecta al 22% de la población aragonesa –que son las personas mayores en la comunidad, según el Instituto Nacional de Estadística (INE)–, «pero no es el único», asegura Teodoro Corchero, presidente del Consejo Aragonés de Personas Mayores (Coapema).
La lucha de las personas longevas es un frente con tres puertas abiertas: «Una económica, otra sanitaria y, sin duda, otra en cuanto a la atención que reciben los mayores», enumera Corchero. Es en esta última donde, según el presidente de Coapema, aparecen los grandes problemas de la soledad, «que tanto está afectado en nuestro día a día», y del avance frenético de las nuevas tecnologías.
Se trata de una situación que Corchero define como «grave» porque «en cualquier tipo de situación ahora ya no te atienden de forma presencial y eso es algo que a los de la tercera edad nos cuesta asumir». Pone de ejemplo una visita al banco donde, para una gestión sencilla como es una transferencia de dinero, «te piden directamente que te descargues una aplicación móvil que, además, no te enseñan a utilizar», reclama.
Se trata de tareas que «para las nuevas generaciones pasan desapercibidas», pero que «sin duda, a los mayores les genera un enorme quebradero de cabeza». Para hacer frente a este desconocimiento y a la incertidumbre, desde la propia Coapema llevan a cabo iniciativas para frenar la brecha tecnológica que dificulta el día a día de estas personas.
«Llevamos cuatro años con las aulas itinerantes, donde acercamos este tipo de conocimientos a los mayores del mundo rural», explica Corchero. En estos cursillos los mayores aprenden desde a manejar un teléfono móvil, «hasta el uso de diferentes programas y aplicaciones que necesitan en su día a día», señala el presidente de la entidad.
En Zaragoza también se llevan a cabo este tipo de iniciativas. Cynthia Nale es la encargada de realizar los cursos de informática y tecnología para personas de la tercera edad del Laboratorio de Aragón Gobierno Abierto ( LAAAB). En sus clases, que realiza los lunes en este programa –y los miércoles y jueves en su propia academia, Digital+60–, trabaja para que estas personas «puedan desde sentirse seguros a la hora de hacer gestiones desde la aplicación móvil del banco, hasta saber utilizar la última versión del WhatsApp», explica. Estas lecciones, según Nale, ayudan a estas personas a hacer frente tanto a la brecha digital como a la soledad. «Venir aquí dos días a la semana y aprender juntos también les sirve para sentirse acompañados y atendidos», asegura.
El aprendizaje que «es continuo». «Todos los días aparecen nuevas versiones o actualizaciones que para nosotros, que hemos crecido con un teléfono móvil en la mano, no nos supone más de dos minutos aprender a manejarlo. Pero, para los mayores, es una tarea que conlleva mucha paciencia y muchas repeticiones, porque se les olvida enseguida», explica.
Ante el miedo que supone para la tercera edad enfrentarse a la tecnología, aparece la sensación de «rechazo», apunta el presidente de Coapema. «Fuimos los mayores los que hicimos el camino para que, ahora, sean nuestros nietos los que disfrutan del control de estos aparatos», expresa Corchero, quien añade que «ahora, somos nosotros los que les pedimos ayuda a ellos, porque nosotros solos no podemos».
«Te piden que uses aplicaciones, pero no te enseñan a usarlas», señalan desde Coapema