El Papa sorprende a los devotos al no leer la homilía en Domingo de Ramos
El pontífice guardó silencio en la celebración que marca el inicio de la Semana Santa Francisco, que tuvo gripe hace un mes, se cansa al leer largos discursos
El papa Francisco no leyó ayer la homilía que había preparado para la misa del Domingo de Ramos, la celebración eucarística que abre los ritos de la Semana Santa y que había reunido a más de 60.000 fieles que abarrotaban la popular plaza San Pedro en el Vaticano, según informa Efe.
En la apertura de la ceremonia, el pontífice, de 87 años, había mostrado una voz cansada, y al final de la lectura del Evangelio, cuando se esperaba la homilía, siguió un prolongado silencio del pontífice argentino, tras el cual se pasó directamente al Credo.
La decisión del Papa, que prefirió no leer la homilía para dejar un tiempo de reflexión personal, fue totalmente inesperada, ya que no estaba previsto que lo hiciese en una ceremonia tan destacada como es la del Domingo de Ramos, y sorprendió a todos los congregados
al no hacerlo.
Hace casi un mes, el papa Francisco tuvo una gripe, y desde entonces, aunque ha seguido con su agenda diaria, no ha podido leer en más de una ocasión, puesto que se fatiga bastante al leer largos discursos.
El pasado miércoles, durante la audiencia general que celebra semanalmente, Francisco no leyó la catequesis preparada y en su lugar lo hizo un colaborador, porque, afirmó: «Todavía no puedo», en referencia a los problemas respiratorios que arrastra.
Ayer no leyó el texto ningún colaborador, y el Vaticano no dio ninguna explicación inmediata sobre la causa por la que Francisco se saltó la homilía, algo muy poco habitual en una ceremonia tan importante como el Domingo de Ramos.
Tras la misa, Francisco sí llevó a cabo el rezo semanal dominical del Ángelus y sus llamamientos y mensajes posteriores.
La plaza estaba engalanada con las ramas de olivo y palmas que los fieles, religiosas y miembros de la Curia habían portado en procesión antes de la misa, recordando la entrada triunfal en Jerusalén de Jesús de Nazaret.
Antes de la misa tuvo lugar la procesión en el obelisco central de la plaza de San Pedro, donde las ramas fueron bendecidas.
Después, se trasladaron hasta el interior de la basílica de San Pedro, en uno de los ritos más antiguos del catolicismo, que data del siglo III y en el que ayer participaron 30 cardenales, 25 obispos y 350 sacerdotes.