«Es probable que la calle en Rusia no vea que se provocó la guerra»
«Transiberianos hay muchos; el Transiberiano no es un tren determinado, son todos los trenes que atraviesan Siberia y que modelan la historia rusa», aseguran las autoras del libro que acaban de publicar.
La médica asturiana Sara Gutiérrez y la periodista zaragozana Eva Orúe se subieron al Transiberiano en el verano de 1994. Solo habían pasado dos añosymediodelderrumbedelaURSS y el viaje les permitió conocer la realidad profunda de una Rusia en crisis que en nada se parecía a la de Moscú. Ahora publican En el Transiberiano. Una historia personal del tren que forjó un Imperio. Gutiérrez (Oviedo, 1962) se especializó en oftalmología en Járkov(Ucrania)yMoscú.Esautorade El último verano de la URSS. Orúe (Zaragoza, 1962) dirige la Feria del Libro de Madrid.
–En realidad, el Transiberiano como tren no existe. –(S.G.)ElTransiberianonoesequiparable a trenes también famosos como el Orient Express o el Transcantábrico,noesuntrendeterminado,pensado para disfrutar de una ruta concreta, no es un tren de recreo. Transiberianos son todos los trenes que atraviesan Siberia. Pero es cierto que, de alguna manera, se habían apropiado de ese título el Rossía 02 que iba de MoscúaVladivostokyelRossía01que hacía el recorrido contrario, más de 9.000 kilómetros sin trasbordos.
–(E.G.) Generalmente, cuando decimos«Transiberiano»nosreferimosa un trayecto de lo que en Rusia durante tiempo llamaron Gran vía Siberiana y ahora denominan oficialmente Transibirskaia Maguistral (Vía Transiberiana) o, simplemente, Transib.
Transiberiano es el trayecto Moscú– Vladivostok que hicimos nosotras, perotambiénlosonelTransmanchuriano,elTransmongolianooelFerrocarril Baikal–Amur, cuyos recorridos coinciden parcialmente con el principal.PoresodecimosqueTransiberianos hay muchos, que el Transiberiano no es un tren, que Transiberiano con mayúsculas no existe. –¿Cuánto les costó el viaje? –(S.G.) Los billetes de tren nos costaron en total (para las dos, no a cada una)unos350euros;yotrotanto,más o menos, la vuelta en avión. Por la habitaciónenSeverobaikalsknoscobraron 5 euros por noche; y la factura de un banquete en un lujoso restaurante japonés de Vladivostok subió a casi 20 euros. La comida que comprábamos en los andenes de las estaciones nos suponía céntimos.
–¿Cómo repartieron trabajo? –(E.O.) Sara tenía muy claro que quería contar nuestro viaje y nuestra historia. Yo tenía clarísimo que había que contar hasta qué punto la historia del trenesreflejo,yenocasionespalanca, delahistoriadelpaís.Asíqueelladividiósuparteenunprólogoycincoetapas,yyoagrupélahistoriaenseisbloques que se ajustan a esa partición. Cada una trabajó lo suyo, sin dejar de consultaralaotra.Enmicaso,yessolounejemplo,sinSaranohubierapodido acceder y leer documentos rusos de principios del siglo XX.
–¿Alguna situación peligrosa? –(S.G.) Más que peligrosa, desagradable. El encontronazo con el bailarín que no quería aceptar un no por respuesta a su invitación a salir a la pista de baile del restaurante, la discusión con alguna recepcionista que no se había enterado (o no quería enterarse) de que ya no era necesario ningún permiso para viajar por el país… Nada importante, la verdad.
–¿Qué lugar las fascinó más ? –(E.G.) Paisajísticamente, lo más sobresaliente es el Baikal, un lago que es
un mundo: contiene casi el 20% de la reserva de agua dulce no congelada del planeta y acoge una extraordinaria variedad de flora y fauna (unas 2.600especies,delascualestrescuartas partes son endémicas) con un valor científico excepcional. Pero la gran sorpresafueronJabárovskyVladivostok,queenesemomentonosparecieron mucho más dinámicas y acogedoras que Moscú o San Petersburgo.
–¿SinelTransiberianolaHistoriasería muy distinta?
–(E.O) Sin el Transiberiano, los zares no hubieran podido colonizar, rusificar la Rusia no europea, ni defender susfronterasorientales;losbolcheviques no hubieran podido propagar la Revolución,nisalvarsuindustriaenla Segunda Guerra Mundial, cuando se llevaron las fábricas más allá de los Urales. Si el Transiberiano no hubiera transcurridoensusprimerosañospor Manchuria, el llamado Ferrocarril del EstedeChina,probablementeRusiay Japón no se hubieran enfrentado en
«Paisajísticamente, lo más sobresaliente es el Baikal, un lago que es un mundo de flora y fauna»
1904–1905. Sin duda, el Transiberiano ha modelado la historia rusa.
–Unmediodepropagandaperotambién de esclavitud…
–(E.O) El uso de mano de obra forzadaesunaconstanteenRusia,tantoen la Rusia blanca como en la Rusia roja. El país se adelantó a casi todos aboliendo la esclavitud el 3 de marzo de 1861, curiosamente un día antes de la primera toma de posesión de Abraham Lincoln, pero la realidad cambió lentamente.Ylosprisionerossiempre fueron una fuerza laboral abundante, sumida y barata.
–¿Qué creen que se encontrarían ahora si repitieran el viaje? –(S.G.) Un país ajeno a la realidad, porqueesmuyprobablequeenlascalles ni se note que Rusia ha provocado una guerra que parece no tener fin.
–¡QuédescubrieronensuviajeporSiberia?
–(E.O) Lo que, muchos años antes, ya había descubierto Dostoievski: que hayunaSiberiahabitable,cuerda,benévola, ¿cómo no iba a haber espacios desensatezenestaáreainconmensurable? Y que esa Siberia mítica y terribleexiste,peronoexiste,almenos,no administrativamente.