El Periódico Aragón

Más miedo que alma

Víctor exigió a su llegada atrevimien­to y energía y renunció a ser un equipo «cagón», pero la falta de gol y de físico condenan a la mediocrida­d y a un pragmatism­o segurament­e indeseado por el aragonés para salvar el pellejo cuanto antes. De momento, el Z

- J. OTO Zaragoza

En tan poco tiempo, a Víctor, segurament­e, no le habrá dado tiempo a demasiadas cosas. Mucho trabajo por delante como para darle la vuelta como a un calcetín a un equipo al que no le sobra nada y le falta demasiado. La sensación es que, en estos días, el Zaragoza ha tenido más efecto (negativo, claro está) en Víctor, que Víctor en un Zaragoza raquítico, frágil y endeble. «Quiero energía, riesgo, atrevimien­to y valentía», reclamó el aragonés en su emotiva presentaci­ón cuando se hizo cargo del equipo para dejar claro que, por muy compleja que fuera la situación, él no iba a renunciar a ese estilo que ha abanderado durante toda su carrera. Pero la cuestión es si podrá hacerlo con este Zaragoza, que, como volvió a quedar claro en Anduva, no está para hacerse el gallito ni sacar pecho ante nadie por muy pequeño que sea. El Mirandés, un serio aspirante al descenso y el equipo más goleado de la segunda vuelta, también fue imposible de superar por un conjunto aragonés que no le gana a nadie porque no le marca a nadie. Así, está claro, la valentía es una pose. El Zaragoza, también está claro, tiene más miedo que alma.

La caída en barrena, la acumulació­n de problemas, los dos cambios de entrenador, el histórico desencuent­ro con el gol, las bajas y la nula aportación de elementos llamados a ser determinan­tes, mantienen al equipo inmerso en dudas y una insegurida­d que Víctor trata de paliar a base de pragmatism­o,

una palabra que no suele utilizar demasiado pero que preside ahora un manual de instruccio­nes que aborda cómo salvar el pellejo sin morir en el intento. Si no marco, que no me marquen al menos, viene a sostener el zaragozano, en lo que suena a sacrificio de esa idea de fútbol que ha defendido toda la vida con el fin de salir de esta y luego, ya veremos.

El desgaste que provoca este Zaragoza es descomunal. Entre otras cosas, porque resulta imposible saber a qué juega. O, más bien, a qué puede jugar. Su deficiente calidad física destierra una

presión alta continua y aboca a las dos líneas juntas de cuatro, al repliegue y a protegerse. La falta de calidad, de último pase y de jugadores capaces de superar líneas conduce cualquier intento ofensivo a los costados, con el balón parado y el fallo del rival como los escasos aliados de un Zaragoza inofensivo. Así que toca defender para ir sumando. «Hay que salir a ganar y, si no se puede, no perder», pregonó Víctor en la víspera en un diáfana declaració­n de intencione­s que escondía la desnudez de un equipo al que no reconoce pero al que debe adaptarse.

En este equipo, la valentía es una pose. Es imposible saber a qué juega o, más bien, a qué puede jugar

 ?? Carlos Gil-Roig ?? Bakis, de nuevo muy flojo, persigue un balón durante el encuentro de ayer en Anduva.
Carlos Gil-Roig Bakis, de nuevo muy flojo, persigue un balón durante el encuentro de ayer en Anduva.

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